Brasilia
Cada semana los pacientes del Hospital de Apoyo de Brasilia reciben una visita de terapia muy especial: perros entrenados para ayudarlos a recuperarse de enfermedades o lesiones ingresan al centro médico y les hacen compañía.
Desde pastores alemanes hasta Shih Tzus se suben a la cama de algunos pacientes para acurrucarse durante una visita de 15 minutos. Además, los pacientes con mayor movilidad pueden llevar a los animales a sus clases de manualidades o jugar con ellos en los pasillos.
Creado para personas que padecen cáncer en etapa avanzada, que viven con enfermedades crónicas o que se recuperan de traumatismos, el programa de interacción canina ayuda tanto en la rehabilitación mental como en la física.
"Un poco de la tristeza desaparece", afirmó Jaqueline Castro, una paciente de 27 años con un trastorno degenerativo del sistema nervioso y quien recibe tres visitas al mes.
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El proyecto comenzó hace aproximadamente cinco meses y ahora cuenta con 60 voluntarios que llevan semanalmente a sus mascotas al hospital de la capital de Brasil.
Sin embargo, no todo perro es aceptado: cerca de uno de cada 10 canes cuyos dueños son voluntarios es aceptado, de acuerdo con Nayara Brea, coordinadora del programa.
Los animales deben pasar por exhaustivas revisiones de salud y someterse a entrenamiento, antes de poder ser llevados a las salas del hospital. Deben ser excepcionalmente tranquilos para evitar estresar a los pacientes y no se les permite ladrar. También deben ser amables con humanos y otros perros.
Un perro de terapia "acepta a los pacientes sin dudarlo", asegura Valeria Carvalho, quien lleva a su pequeña perra Schnauzer, Paola, al hospital.
"La gente empieza a tener una perspectiva diferente sobre la vida, sobre la salud", agregó Carvalho.