SANTIAGO. EL MERCURIO-GDA ¿Por qué razón cuando consumimos plan blanco o ingerimos jugos azucarados, nos sentimos llenos, pero en cuestión de minutos volvemos a experimentar la necesidad de comer? Al parecer, esto se debe a una reacción química que producen este tipo de alimentos en el organismo.
“Existen alimentos que elevan mucho los niveles de azúcar en la sangre y, por ende, hacen que se libere tanta insulina que se termina produciendo una hipoglicemia”, explica Rinat Ratner, nutricionista de la Clínica Alemana, en Chile.
Según ella, al subir el azúcar y, posteriormente, bajar rápidamente, se genera un efecto rebote que hace que las personas sientan un vacío y ganas de volver a comer. En la lista de este tipo de comidas figuran todos aquellos que contienen azúcar y que son de rápida absorción, como panes, pasteles y bebidas azucaradas.
“También, los alimentos procesados, como el puré de papas y las pastas muy cocidas, además de algunas frutas, como la sandía”, advierte Giselle Muñoz, nutricionista de Clínica Las Condes, también en Chile.
Consejos. En vez de beber jugos de fruta, la recomendación de los expertos es consumir la fruta entera. “Al exprimirla, se elimina la pulpa y toda la fibra, que es lo que da saciedad, junto con las proteínas”, añade Muñoz.
Además, la fibra hace más lento el vaciamiento gástrico, por lo que los alimentos ricos en ella son más difíciles de digerir y el azúcar en la sangre se mantiene estable. Por lo tanto, es recomendable optar por cereales bajos en azúcar, integrales y altos en fibra. El pan blanco, por el contrario, posee harina altamente refinada, lo que favorece el apetito.
Ojo con aditivos. “Muchos snacks salados tienen glutamato monosódico (un aditivo cuyas siglas son GMS), que acentúa el sabor y hace que los alimentos sean más ricos y adictivos. También, se agrega a algunas preparaciones de comida china y japonesa, y al pescado frito”, explica la nutricionista Muñoz.
“De igual manera, mascar algo crujiente tiene un efecto antiestrés que brinda sensación de bienestar, por lo que dan ganas de seguir comiendo. Después da sed, pero no de agua, sino de algo dulce”, concluye Ratner.