Washington. EFE La modificación genética de las células T, un tipo de glóbulos blancos, resultó efectiva en el combate de la leucemia al exterminar el tumor y evitar su reaparición al menos por un año.
Así lo constató un estudio de la Universidad de Pensilvania que fue publicado en la revista Science Medicine Translational.
La leucemia es un tipo de cáncer que afecta la sangre y la médula ósea donde se forman las células sanguíneas. La enfermedad ocurre cuando las células se multiplican sin control.
Los investigadores del Centro Abramson de Cáncer y la Escuela Perelman de Medicina, en Pensilvania, probaron un método que consiste en la recolección de células del propio paciente y su modificación genética, para luego retornarlas a la persona que está sometida a quimioterapia.
“En un período de tres semanas los tumores fueron eliminados de una manera mucho más drástica de lo esperado”, dijo Carl June, uno de los autores del estudio.
Después de retirar las células del paciente, el equipo de investigadores las reprogramó para que atacaran a las células del tumor mediante una modificación en la cual usaron un vector de lentivirus.
Los lentivirus son virus cuyo período de incubación es prolongado y esa es la razón de su nombre, ya que alude a la lentitud con que se desarrollan los signos de las infecciones que producen.
El vector codifica una proteína similar a un anticuerpo, llamada receptor antígeno quimérico o CAR, la cual se expresa en la superficie de los linfocitos o células T y están diseñadas para enlazarse con una proteína llamada CD19.
Una vez que los linfocitos empiezan a expresar la proteína CAR, concentran todo su potencial destructivo en las células que expresan la CD19, que incluyen las células con leucemia linfática crónica y las células B normales.
Los linfocitos modificados no muestran interés alguno por todas las otras células en el paciente que no expresen la proteína CD19 y esto limita los efectos secundarios que acompañan a las terapias estándar.
“El número de células T modificadas aumentó por lo menos 1.000 veces en cada uno de los tres pacientes”, comentó June y añadió: “los medicamentos no logran ese efecto. En promedio, cada linfocito causó la muerte de miles de células del tumor y en conjunto destruyeron por lo menos casi un kilogramo de tumor en cada uno de los pacientes”.
No se ha determinado la viabilidad del tratamiento a largo plazo, pero los médicos observaron indicios de que las células se multiplicaron y podían continuar su tarea de búsqueda y exterminio de las cancerígenas.