"Las personas están dispuestas a pasar por alto las reglas éticas para ayudar a las personas cercanas, como su equipo o su familia", asegura Shaul Shalvi, investigador de la Universidad Ben-Gurión del Néguev en Israel.
No lo dice ni por experiencia, ni por sentido común; lo dice porque un experimento que realizó demostró que la llamada hormona del amor, la oxitocina, motivó a los participantes de la prueba a mentir para beneficiar a su equipo y sin la expectativa de una falta de honradez recíproca por parte de su grupo.
La oxitocina es una hormona que el cuerpo produce de forma natural para estimular la unión entre las personas, explican en el sitio de la universidad.
Los mayores niveles de oxitocina se correlacionan con una mayor empatía, menor ansiedad social, mayor confianza en el intercambio interpersonal, etc. Sin embargo, también estimula la agresión relacionada con la defensa.
En el experimento, los 60 participantes se dividieron en equipos de tres y se les pidió para predecir los resultados de los 10 lanzamientos de una moneda.
Se pidió a los participantes lanzar la moneda, ver el resultado y reportar si su predicción fue correcta. Ellos sabían que por cada predicción correcta, ganaría más dinero para repartir entre los miembros de su grupo y que podían mentir.
La probabilidad estadística de que alguien adivinar correctamente los resultados de nueve o 10 lanzamientos de moneda es de un 1%. Sin embargo, el 53% de los que recibieron oxitocina afirmó haber predicho correctamente muchos lanzamientos de moneda, lo que es muy poco probable.
Sólo el 23%de los participantes que recibieron el placebo reportó los mismos resultados, lo que refleja una alta probabilidad de que también estaban mintiendo, pero en menor medida en comparación con los que recibieron oxitocina.
Para Shalvi, los resultados ponen en evidencia cómo la unión y la cooperación influyen en la aparición de deshonestidad. Además, proporciona información sobre cuándo y por qué la colaboración puede convertirse en corrupción.