Washington. AFP El descubrimiento del ADN del virus de la viruela en el cuerpo momificado de un niño muerto en el siglo XVII podría ayudar a a rastrear la historia misteriosa de este agente patógeno mortal.
Especímenes de este virus existen solo en congeladores protegidos en laboratorios, después de la erradicación de la infección a fines de la década de 1970 gracias a la vacunación.
Pero los orígenes de este virus permanecen desconocidos y el descubrimiento del ADN viral en la piel del cuerpo momificado –que estaba en una cripta bajo una iglesia de Lituania–, podría permitir levantar el velo sobre los orígenes de esta enfermedad infecciosa, estiman los científicos, cuyo hallazgo se publicó en la revista Current Biology .
La secuencia del ADN de este antiguo agente patógeno indicaría que la infección apareció entre los humanos más recientemente de lo que se creía y reveló también que ese microbio ha sufrido varias mutaciones.
“Hay indicios de que momias egipcias de 3.000 a 4.000 años de antigüedad tenían marcas que parecían de pieles dañadas, interpretadas como resultantes de pústulas características de la viruela”, explicó Ana Duggan, principal autora del trabajo.
“Este último descubrimiento cuestiona verdaderamente esta interpretación y hace pensar que la historia de la viruela en poblaciones humanas podría ser inexacta”, agregó.
La explicación. Los científicos reconstituyeron el genoma completo de la cepa hallada en el cuerpo momificado y lo compararon con virus de la viruela de mediados del siglo XIX e igualmente del periodo precedente a la erradicación de la infección, a fines de la década de 1970.
Ellos concluyeron que estos virus tenían un ancestro viral común que apareció entre 1588 y 1645, lo que coincide con un periodo de exploración, de migración y colonización que podría haber contribuido a la propagación de la viruela en el mundo.
Por lo tanto, los egipcios de la época de Ramsés quizás no sufrieron la viruela, sino solamente la varicela o el sarampión, indicaron los investigadores.
Además, la reconstitución del genoma de este antiguo virus del siglo XVII aportó una datación más precisa de la evolución de la enfermedad. Los investigadores identificaron distintos periodos de evolución del virus.
Ellos citan un ejemplo claro que se produjo hacia la época en que el médico inglés Edward Jenner creó su vacuna contra la viruela en el siglo XVIII. En ese periodo, el virus aparentemente se dividió en dos cepas, lo que sugiere que la vacunación pudo ejercer una presión sobre el agente patógeno para adaptarse.