La humedad, los ácaros, los microorganismos y el clima cambiante de nuestro país no son la única razón por la que las crisis asmáticas son tan frecuentes en Costa Rica: la predisposición genética juega un papel vital.
Tras 11 años de estudios de la genética de 2.500 personas, especialistas en Neumología del Hospital de Niños identificaron los genes determinantes en la agresividad y frecuencia de las crisis.
Uno de ellos es el gen Serpine2 , que también está asociado con una enfermedad pulmonar.
Otros de estos genes, ubicado en el cromosoma 20, está relacionado con la forma de procesar el anticuerpo Inmunoglobulina E (causante de alergias).
Finalmente está un gen en el cromosoma 5, que regula la contractilidad del músculo liso (la forma en la que se contrae un músculo presente en vasos sanguíneos, piel y órganos internos).
“Estos datos nos hacen ver qué variantes genéticas están asociadas a la frecuencia y agresividad del asma y nos pueden ayudar a tratar mejor la enfermedad en un futuro”, comentó Lydiana Ávila, una de las investigadoras.
Años de investigación. Los estudios del asma no comenzaron con la parte genética. En 1989 se inició con una investigación epidemiológica que buscaba saber cuántos casos de asma había en el país y en qué grupos de población.
En aquel entonces Costa Rica ingresó al ISAAC (Estudio Internacional del Asma y Alergias en la Niñez, por sus siglas en inglés) del que participan 105 países. En 2001, la experiencia con ISAAC hizo que se nos tomara en cuenta para indagaciones genéticas .
La investigación tomó en cuenta 2.500 personas: 833 miembros de ocho familias en las que hay varios casos de asma y 1.200 niños asmáticos con sus dos padres.
Así fue como se vio qué genes juegan en las crisis asmáticas.
Nutriente necesario. El estudio no solo analizó los genes. También demostró que la insuficiencia de vitamina D se asocia con las crisis frecuentes y graves de asma.
Dicho reporte, realizado con 616 menores asmáticos señaló que el 28% de quienes tenían ataques graves y hospitalizaciones por esta enfermedad respiratoria tenían deficiencias de vitamina D.
“Hay múltiples teorías de por qué la vitamina D podría asociarse con problemas respiratorios. Una indica que esta vitamina es muy importante en la parte inmunitaria y puede regular algunos factores que exponen más a las personas”, afirmó Manuel Soto, jefe de Neumología del Hospital de Niños y coordinador del estudio.
Aportes. Los datos arrojados en estos informes sobre la genética y de la vitamina D han sido replicados con estudios en otros países.
“Por primera vez logramos demostrar que tanto el asma como el EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) comparten el gen Serpine2, y esto les sirvió a otras personas para comenzar sus propios análisis. Aún falta mucho por investigar, pero es bueno saber que lo que uno hace está ayudando a otros”, dijo Ávila.