Cada vez que una persona llegue con sospechas de infarto a cualquier centro de salud público se tomarán las mismas medidas, sin importar la zona del país o el personal a cargo.
La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) unificó por primera vez la atención de este mal y este mes presentó la Guía para diagnóstico y tratamiento de las personas con síndrome coronario agudo .
Anteriormente, cada Ebáis, clínica u hospital se regía por la experiencia de cada profesional de salud. Mucho de lo que abarca la guía ya se hacía como rutina, pero con esta se busca que todos la realicen en un mismo orden.
“Se pretende unificar criterios para que se trate igual a todos los pacientes. Este tipo de enfermedades es algo que debe atenderse de cerca, son la principal causa de muerte en nuestro país”, comentó Cecilia Monge, médico internista que participó en la guía.
¿Qué se hace? Las reglas están claras, ante sospechas de un infarto, se procede ligeramente diferente si la persona está en un Ebáis o en una clínica.
Cuando llega el paciente, se le hace un electrocardiograma de 12 derivaciones (conexiones de electrodos), se le coloca un catéter para determinado (tubo delgado y flexible) en las arterias, se le administra oxígeno, nitroglicerina y se le da una aspirina para que la muerda.
En ciertos casos, se usa morfina para estabilizar al usuario.
Una vez que se cumplen estas condiciones y se verifica que si hay un infarto o problema coronario, el paciente es trasladado en ambulancia al Servicio de Emergencias del hospital más cercano.
Cuando llega al hospital, se le toman exámenes de laboratorio para determinar su condición.
La terapia. El tratamiento dependerá de la intensidad del infarto. Para quienes están ‘más estables’ y no tienen otras enfermedades crónicas se utilizarán fármacos o se recomendará la modificación del estilo de vida. Mientras que los usuarios con una condición más delicada necesitarán una terapia más invasiva (intervenciones quirúrgicas).
En cuanto a los medicamentos, la guía explica cada tipo de fármaco y a qué pacientes puede o no puede dárseles y las dosis recomendadas.
Asimismo, el documento dicta cuando es necesario intervenir con un procedimiento o cirugía para devolverle la vitalidad al corazón.
Más allá de fármacos y de procedimientos, el manual recomienda que en las primeras horas tras el ataque al corazón, no se den alimentos por vía oral, que se inicie con dieta de líquidos claros y ajustarlo según lo evalúe el médico.
Además, se sugiere una valoración nutricional antes de que el paciente abandone el hospital.
Los especialistas celebran que esta guía de trabajo les ayudará a una mejor atención al usuario.
“Esto permite uniformar actividades, tareas y responsables, así como recursos materiales y humanos para dar una atención de calidad”, expresó María Eugenia Villalta, gerente médica de la CCSS.
No obstante, los expertos enfatizan que lo más importante es evitar un infarto y para ello es necesario no fumar, hacer 30 minutos diarios de ejercicio, comer frutas y verduras y evitar las grasas y frituras.