WASHINGTON. AFP Es la última moda de pérdida de peso entre las adolescentes estadounidenses: el “thigh gap”, o tener las piernas tan delgadas que al juntarlas queda un espacio entre los muslos, una obsesión que puede llevar a la anorexia o la depresión.
En redes sociales como Tumblr, Pinterest o Facebook, abundan las fotos de muslos más o menos esbeltos, en primer plano y de una delgadez a veces insoportable, que publican chicas muy jóvenes ávidas de mostrar su éxito al emular a las modelos, o en algunos casos, sus trágicos fracasos. “Mi ‘thigh gap’ es enorme, estén celosas, chicas”, se ufana en Tumblr quien se denomina “foster-the-beatles”.
“Tengo la impresión de que estoy empezando a tener un espacio entre muslos, estoy feliz”, añade por su parte, ‘elleskyyy’.
Otra joven, quien firma como ‘starvingforperfection’, es decir “pasando hambre para ser perfecta”, lamenta su mediocre o no existente espacio entre muslos.
Esta obsesión no es nueva, pero está amplificada por las redes sociales, algo que convoca a las adolescentes todo el día, todos los días, advierten los expertos.
Así, en una cuenta de Twitter, Cara Thigh Gap se consagra a la extrema delgadez de la modelo británica Cara Delevingne y decenas de sitios o páginas de Facebook ofrecen planes o ejercicios gimnásticos para conseguir el anhelado espacio entre muslos.
“Ese espacio entre las piernas es realmente algo muy difícil de lograr porque es una cuestión de estructura ósea que pocas mujeres presentan. Para una adolescente, ese tipo de obsesión poco realista significa tener que morirse de hambre”, explica Barbara Greenberg, psicóloga de Connecticut.
Es precisamente por eso que muchas jóvenes se mueren de hambre y cuentan su lucha en Tumblr. “Ayer sumé 380 calorías y luego comí dulces. Se convirtieron en 650 calorías. ¡Gooooooordaaaaa!”, se desespera Anastasia, una joven alemana, que ruega: “Por favor Dios, déjame ser delgada”.
Las necesidades energéticas de un adolescente, sin embargo, están en el entorno de 2.500 calorías diarias, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Estos regímenes provocan rápidamente trastornos alimentarios e incluso daños físicos en el cerebro o los huesos, depresión y comportamiento suicida”, apunta Greenberg.
“Este ideal de delgadez que lleva a desear estar flacas en todas partes excepto en los pechos se propaga también en las revistas, en la televisión y en las películas”, señala Shannon Snapp, socióloga de la Universidad de Arizona.
“El mensaje es claro: Si te pareces a eso, serás aceptada y hermosa y las adolescentes son probablemente las primeras en sufrir esa presión”, añade la socióloga.
Natalie Boero, socióloga de la Universidad Estatal de San José, California, coincide con Snapp. Quienes se obsesionan con la delgadez buscan ser aceptadas socialmente y saben que su cuerpo es una moneda y quieren aumentar lo que ellas creen que es su valor social”.
Para Abigail Saguy, socióloga de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), la delgadez es cada vez más un tema de estatus. “Ser delgada es una manera de señalar una clase social alta, mientras que la gordura no sólo denota una baja clase social, sino que predice que se mantenga”.
“Los estudios muestran que las niñas y las mujeres más gordas tienen menos probabilidades de conseguir trabajo y cuando lo consiguen, se les paga menos”, dice Saguy, agregando que las mujeres con sobrepeso tienen menos probabilidades de casarse.
Ya existe un movimiento contra este “espacio entre muslos”. Cientos de chicas se burlan de esa obsesión en las mismas redes sociales que ensalzan el ideal y dicen que mejor ponerse a hacer ejercicio.