Una aleccionadora experiencia, de las que marcan pasajes de la vida y cambian de golpe la visión de mundo, hizo lo suyo este 2017 con Sofía Rodríguez.
La joven, de 32 años, tenía más de media existencia sin ver a su padre. Producto del divorcio de sus progenitores, desde adolescente vivía con su madre y su abuela materna, a quien cuidaba afanosamente desde hacía una década.
Un día de enero, 17 años después de la separación, el padre volvió a su vida con la noticia de un cáncer, mientras su abuela mostraba un gran deterioro de salud.
El 24 de julio, ambos parientes fallecieron. Y renació una Sofía llena de lecciones.
El amor a dos personas tan trascendentales en su historia lo plasmó este domingo 17 de setiembre en el Parque del Recuerdo, en Ayarco sur de Curridabat, sembrando un árbol en sus memorias.
Ella y su madre, Rosa María Vindas, fueron una de las familias que participaron de la actividad, donde otros hicieron lo mismo en honor a 120 allegados que ya no están.
La iniciativa la propició la municipalidad local, que inauguró el parque para que los vecinos de la zona rememoren, mediante la siembra de una especie nativa, a sus seres queridos.
"El hecho de haber sembrado un árbol en nombre de los dos fue indescriptible", dijo la joven Rodríguez, al indicar que el acto fue muy emotivo y le permitió volver la mirada a las aflicciones ajenas.
"Uno no solo se da cuenta de que, después de pasar circunstancias como la que yo viví, todo resulta más fácil; perdonar, por ejemplo, y compadecerse del sufrimiento de los demás, como el resto de personas que sembraron árboles ese día", comentó la muchacha.
Espacio abierto
"Yo pasé ayer (domingo) con un nudo a la garganta. Fue tal el nivel de felicidad y de nostalgia de los asistentes... Recuerdo una familia que sembró un arbolito en memoria de su abuelo. Llevaron el retrato del señor, se reunieron, se abrazaron y le aplaudieron", contó Édgar Mora, alcalde de Curridabat.
Según el dirigente, el proyecto del municipio tiene como objetivo promover el arraigo de los vecinos, no solo por el cantón, sino por sus familias.
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Pese a esto, la iniciativa no se limita únicamente a Curridabat. Se extiende a personas que tengan algún vínculo con sus habitantes.
Quienes deseen rememorar a alguien especial, pueden hacer su solicitud escribiendo al correo electrónico: ciudad.dulce@curridabat.go.cr.
Los árboles son gratuitos. El ayuntamiento aporta el ejemplar con su respectivo registro (una especie de cédula), el lugar para plantarlo, un pedestal, una placa con el nombre de la persona homenajeada y el mantenimiento de la planta.
Mora explicó que se trata de un prototipo que pretenden replicar en otros espacios públicos del cantón y, en algún momento, hacerlo con mascotas.
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"De hecho, el programa lo echamos a andar porque los vecinos nos pedían con más frecuencia permisos para enterrar perros en parques, o para sembrar árboles en recuerdo de alguien", expresó.
Para elegir a quienes fueron recordados este domingo, el municipio sacó un concurso en redes sociales titulado Árbol Conmemorativo, en el que los aspirantes a sembrar un árbol podían contar su historia. De estas, se escogieron 120.
Inspirador panorama
El Parque del Recuerdo se ubica en Ayarco sur, del restaurante La Casa de Doña Lela, 1,2 kilómetros al sur, contiguo a las canchas de tenis de la localidad.
Se trata de un espacio público de media hectárea, en el cual se han venido sembrando 6.000 plantas, con el fin de que atraigan abejas nativas, mariposas y colibríes.
Los 120 árboles plantados el domingo son todos de especies nativas, entre las que destacan: achiote, roble, corteza amarilla, guachipelín, güitites, cas e higuerón.
El Parque del Recuerdo forma parte del proyecto municipal Ciudad Dulce, que busca el bienestar de los pobladores de Curridabat acercándolos a su entorno natural.
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