Cuando estaba en su semana 23 de embarazo, Stephanie Guevara, vecina de Curridabat, supo –gracias a un ultrasonido en el Ebáis de su comunidad– que su hija tenía un tumor benigno que le cubría el lado izquierdo de la cara.
Ella fue referida al Hospital Calderón Guardia, donde los médicos le dieron seguimiento desde finales de marzo. En junio pasado confirmaron que el feto tenía un tumor vascular linfático que presionaba la tráquea y le impediría respirar por sí misma al nacer, lo que la llevaría a la muerte.
Sin embargo, los especialistas tenían la solución: una técnica llamada EXIT (tratamiento intraparto exútero) que nunca se había hecho en el país.
En otras palabras, si se le hacía una traqueostomía a la niña y se le intubaba justo en el momento de nacer, ella recibiría aire por otra fuente, lo que le permitiría vivir y esperar una cirugía para extirpar el tumor.
Estas intervenciones son muy raras en el mundo; solo se hacen cuando están comprometidas las vías respiratorias del bebé.
Los médicos sabían que no era un procedimiento sencillo pues una vez que nace un niño solo recibe aire a través del cordón umbilical y la placenta los primeros cinco minutos de vida; luego de eso debe respirar por sí mismo.
Con esto en mente, la cesárea fue programada para el 3 de julio, con un embarazo ya a término, para que la bebé tuviera mayor desarrollo y más fuerzas.
La niña fue sacada, pero no se cortó el cordón umbilical pues lo requería para mantenerse respirando (a través del útero de su madre) mientras era intubada.
Los especialistas la intubaron en solo dos minutos. De esta cirugía participaron anestesiólogos, perinatólogos, neonatólogos, otorrinolaringólogos y cirujanos de tórax de los hospitales Calderón Guardia y Nacional de Niños.
“Es la primera vez que en nuestro país se hace este procedimiento. De hecho, en América Latina solo se reportan casos en Brasil, Argentina y México. Es un gran logro para el país”, comentó Danilo Medina, jefe de Ginecología del Hospital Calderón Guardia.
Luego de que la niña fue intubada, se cortó el cordón umbilical y ella fue llevada a una incubadora abierta, donde se determinó que el tumor medía 4x10 centímetros, y recorría desde la base del lóbulo de la oreja izquierda hasta el cuello.
Se le hicieron exámenes de resonancia magnética y se trasladó ese mismo día al Hospital de Niños.
Extracción. Una vez en el Hospital Nacional de Niños, especialistas en Cuidados Intensivos, Neonatología y Otorrinolaringología revisaron el tumor y determinaron qué partes deberían extirparse.
Los médicos le programaron la cirugía para 14 días después. El procedimiento resultó exitoso y a los tres días la menor ya había sido “extubada” y respiraba por sí misma, sin problema alguno.
“A los 27 días la menor se fue a la casa, siguió bajo observación, pero su evolución marchó muy bien”, explicó Luis Diego Vílchez, jefe de Otorrinolaringología del Hospital Nacional de Niños.
Hoy, a casi dos meses de su nacimiento, esta pequeña lleva una vida como la de cualquier otra niña de su edad, y los médicos aseguran que su respiración seguirá siendo normal en adelante.
“La niña seguirá en control, como es usual en estos casos, pero su evolución va muy bien”, dijo Jaime Lazo, jefe de Neonatología del Hospital Nacional de Niños.