Sus armas son brochas, rodillos, pintura, horas de su tiempo libre y muchas ganas de trabajar. Su misión: mejorar la infraestructura utilizada por personas en desventaja social.
Ellos son integran el programa “Pinta y mejora Costa Rica”. Son jóvenes de diversos colegios privados que donan su horas de trabajo social para mejorar el entorno de las personas más necesitadas.
Estas actividades se realizan cuatro sábados al año en diferentes zonas del país.
La idea no solo es remozar la infraestructura, sino también compartir experiencias con las personas de esos lugares.
Los adolescentes donan el tiempo de toda una mañana y parte de su tarde, desde las 7 a. m. hasta la 1:30 p. m.
Ayer, por ejemplo, su misión consistió en remozar el comedor de las Obras del Espíritu Santo en Barrio Cristo Rey, San José.
Espíritu voluntario. Ana María López es una de las jóvenes que participó ayer. Ella ayudó con la pintura del comedor que atiende a cientos de niños de la comunidad de Cristo Rey y a sus familias.
“Es algo que me parece muy importante. Es donar el tiempo que tenemos para ayudar a otra gente”, dijo esta estudiante de undécimo año del colegio Lincoln.
Su compañero Javier Deoña también considera que esta es una buena oportunidad de ayudar.
“Uno ayuda y también aprende. Es bonito”, comentó.
Si usted desea tener información sobre este programa y cómo ayudar en sus próximos eventos, puede comunicarse a través del correo electrónico pintacostarica@gmail.com.