El estrés, las presiones laborales, una enfermedad o factores externos como la muerte de un ser querido o la ruptura de una relación de pareja, hacen que todo trabajador tenga un 50% de posibilidades de sufrir un episodio depresivo o ansioso.
Esta es una conclusión del informe Fit Mind, Fit Job (Mente en forma, trabajo en forma ), desarrollado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Durante cuatro años, los investigadores analizaron no solo a los trabajadores con enfermedades mentales, sino la salud emocional de los funcionarios sin trastornos diagnosticados.
“Si el mercado laboral funcionara bien, debería tomar en cuenta la salud mental de los trabajadores. Esto, no solo con el objetivo de que ellos tengan una mejor salud, sino que, además, los resultados de productividad de la empresa también serán mejores si la salud de sus empleados está bien”, cita el informe.
No obstante, el documento señala que solo el 38% de las empresas, a escala mundial, posee un programa de salud emocional para detectar cómo ayudar a sus funcionarios cuando flaquee su salud mental o entren en crisis sus emociones.
Trastornos. El reporte halló, también, que una de cada cinco personas en edad laboral (20%) tiene algún trastorno mental que requiere de tratamiento constante.
Dentro de estos padecimientos están los trastornos depresivos o ansiosos, el trastorno bipolar, la esquizofrenia y males alimentarios como la anorexia y la bulimia, entre otros. Si estas condiciones están controladas con terapias y medicamentos –en los casos en que se requiera–, la persona podrá tener la necesaria estabilidad mental y emocional para desarrollar su labor.
“El primer asunto es cuándo intervenir. Muchos trastornos se identifican tarde, y si la intervención empieza cuando la persona ya lleva años de estar en el mercado laboral, no es tan eficaz. Hay que enfocarse en la prevención, detección temprana y acción inmediata”, sostiene el reporte.
En Costa Rica. En nuestro país, la depresión es la mayor causa de ausentismo laboral por razones de salud mental.
Datos de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), publicados en agosto pasado, indicaron que, solo en el 2013, se hicieron 17.650 boletas de incapacidad por depresión a 11.682 asegurados.
En total, los costarricenses estuvieron incapacitados 108.800 días por depresión (en promedio, seis días de incapacidad por episodio) y esto le implicó a la CCSS una inversión de ¢1.658 millones.
En el 2013, los ticos registraron 41.675 episodios de depresión, el 74% en mujeres. Esto no quiere decir que ese sea el número de ticos depresivos, pues una persona puede tener hasta cinco o más episodios por año.
El informe destacó que, en el 2013, hubo 152 diagnósticos de trastorno bipolar y 215 de esquizofrenia, la mayor parte de ellos en personas en edad productiva. Esto eleva la necesidad de crear políticas para una mejor inserción laboral de estas personas.