En Carate de Osa, en medio del bosque, se levanta una escuela que pretende enseñar a 50 niños sobre matemáticas y español pero también, a través de la textura y frescura de sus paredes, inculcar valores ambientales.
La particularidad de este centro educativo es que está construido completamente con bambú que se cosecha en la zona. Aparte de ser resistente y versátil, este material es idóneo para zonas de clima cálido y húmedo dado que no permite acumular el calor y favorece la ventilación natural. Eso se traduce en ahorro de electricidad.
La nueva escuela, que mide 500 metros cuadrados, tendrá dos aulas, servicios sanitarios, un salón donde estará el comedor escolar y otros espacios que serán multiusos. La electricidad será provista por paneles solares y también se aprovechará el agua de lluvia.
La obra tiene un costo de ¢148 millones, el cual fue financiado por el Instituto de Desarrollo Rural (Inder) con base en un anteproyecto ya existente en la comunidad. Asimismo, Inder coordinó con el Ministerio de Educación Pública (MEP) y se prevé que la construcción esté finalizada en mayo.
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La inquietud por construir esta escuela, así como otras obras de infraestructura, se gestó en el Consejo de Desarrollo Rural Territorial que es un órgano participativo donde se formulan los planes de desarrollo de determinada zona.
Como uno de los intereses de la comunidad es potenciar el turismo, la nueva escuela formará parte de las visitas guiadas.
Salón ecocultural
La comunidad de Dos Brazos de río Tigre, que se ubica a unos 30 minutos de Puerto Jiménez, también está próxima a estrenar un salón ecocultural que fue construido en madera de bambú.
"Este será un sitio de encuentro para el rescate cultural, donde se pretenden llevar a cabo presentaciones, exposiciones, reuniones y un sinfín de actividades para la comunidad y los visitantes", describió Inder en un comunicado.
Para esta obra, la inversión superó los ¢211 millones. No obstante, el salón por sí solo no traerá turismo a la zona. Por esa razón, una serie de instituciones se dieron a la tarea de capacitar a la comunidad en el tema para que el turismo sea una alternativa de empleo y las personas vayan dejando la orería.
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Las instituciones que se sumaron a esta iniciativa fueron el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac), el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), Ministerio de Vivienda y Asentamientos Humanos (Mivah), la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), municipalidades de Osa y Golfito así como el programa Tejiendo Desarrollo de la Primera Dama de la República.
"Antaño, esta zona del país, estaba relacionada fuertemente con la extracción de oro de manera ilegal del Parque Nacional Corcovado. Hoy el Inder, lleva a cabo estas obras, como formas alternativas para impulsar modelos de conservación que sean atractivos para los visitantes y turistas en general. Lo que tratamos es dar una alternativa diferente a la tradicional extracción del mineral, que tanto daño hace a la naturaleza y en su lugar, dejar buenas obras para las próximas generaciones", manifestó Ricardo Rodríguez, presidente ejecutivo del Inder.
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Asimismo, Rodríguez adelantó que se estarán construyendo dos puentes en bahía Drake para favorecer el tránsito del turismo en la zona. En este caso, la inversión será de ¢500 millones.