Para ayudarle al árbol a regenerar el tejido, Luis Sheik toma arcilla en sus manos y la coloca en la zona afectada por el hongo.
Para los transeúntes que lo miran en el Parque Nacional, ubicado en el centro de San José, aquello podría parecer una locura. Sin embargo, esa arcilla en las manos de Sheik es el resultado de los estudios realizados por este y su calidad fue avalada por Óscar Acuña, investigador del Centro de Investigaciones Agronómicas de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Este ungüento es elaborado a partir de plantas (sainillo, reina de la noche, viborana, almidón de yuca y cristóbal), así como azufre. “Al mezclarlas con la arcilla, permiten controlar los hongos e insectos y ayudan a regenerar el tejido”, dijo Sheik.
La arcilla aporta nutrientes y funciona como un vendaje que el árbol botará, conforme se vaya regenerado el tejido.
Ese conocimiento científico desarrollado por Acuña, Sheik lo aplica en el proyecto de restauración de árboles centenarios , una iniciativa conjunta de la Municipalidad de San José y la empresa Florida Bebidas, a través de Agua Cristal.
Según Sheik, técnico forestal, la meta es prolongar la vida de estos centenarios al menos unos 50 años. A la fecha se han restaurado 81 árboles, con alturas entre 15 y 30 metros.
Diagnóstico. Aunque la meta del proyecto eran 100 árboles, se estarán interviniendo 150.
Entre los “enfermitos” hay higuerones, cedros amargos, malinches, llamas del bosque, damas, loritos, corchos y mangos. Estos se ubican en los parques Merced, Central, Morazán, España y Nacional, en el paseo de los Damas, así como en la plaza de Garantías Sociales y las que están frente al Teatro Nacional y la Casa Amarilla.
Muchos árboles están enfermos debido a especies de plantas que son parásitas (como la mano de tigre). Otros terminaron siendo maceta de otros árboles cuya semilla fue depositada por un ave, por medio del excremento. Para averiguar qué les pasaba, a algunos árboles fue necesario tomarles una muestra de tejido que se analizó en los laboratorios del CIA. Se determinaron dos tipos de plagas: una causada por insectos, como escarabajos, mientras que la otra se atribuye a los hongos.
Una poda mal hecha deja cortes en el tronco o ramas por donde ingresan insectos y humedad, la cual favorece la presencia de patógenos.
Asimismo, una mala poda debilita al árbol. Esto porque la savia sube de las raíces a la copa donde, gracias a la fotosíntesis, se convierte en glucosa y este es el alimento de la planta.
“Cuando las podas se hacen mal y se deja el tronco sin ramas, es muy difícil para el árbol convertir esa savia en glucosa y eso lo debilita”, explicó Sheik.
Una mala poda también propicia tumores producto de la “sobrecatrización” del tejido.
“Por eso es importante realizar las podas y trasplantes de árboles según las lunas. No es cosa de la gente de antes”, dijo Sheik y agregó: “Nosotros sacamos una muestra del árbol cuando estaba en menguante y la analizamos en la UCR. Resulta que tenía un montón de sustancias que cuando tomamos otra muestra, pero esta vez en luna creciente, no las tenía”.
Por eso, y según Sheik, las podas deben realizarse en luna menguante cuando esas sustancias se encuentran en las copas y protejan al árbol.
En cambio, en luna creciente, esas sustancias están en las raíces. Ese es el tiempo ideal para trasplantar.
Curación. Lo primero que se hace durante la curación es eliminar el tejido dañado, como quien limpia una herida. Luego se aplica un insecticida y fungicida hechos con compuestos naturales que eliminaría insectos, hongos y bacterias que pudieran quedar.
Con una brocha, se unta el sellador, el cual contiene cobre, para así evitar cualquier patógeno. Al secarse, se procede a colocar la arcilla. Se deja secar y se vuelve a poner otro sellador.
“Esta vez es uno a base de piedra basáltica molida, que evitará que entre la humedad y ayuda a que la arcilla no se caiga”, explicó el técnico forestal.
En este proceso, Sheik y su equipo cuentan con la colaboración de voluntarios de Florida Bebidas, empresa que, además, está aportando ¢17 millones para financiar el proyecto.
Para Felipe Guardia, gerente de Marca de Agua Cristal, los voluntarios también atienden a los transeúntes que se detienen a preguntar por el proyecto y esto representa una oportunidad de educación ambiental.
Según María Pía Robles, vocera de Florida Bebidas, las personas pueden sumarse a la iniciativa, al sugerir otros parques que posean árboles enfermos. Para ello, basta con ingresar al sitio web: www.delladoverde.com
“Una vez identificada la necesidad, nosotros nos encargamos de coordinar con las instituciones”, dijo Robles.
Seguimiento. Cuando finalice la etapa de curación, se aplicarán fertilizantes en el suelo y en las hojas para aportarles nutrientes a las plantas arbóreas, pues un árbol fuerte sanará más rápido.
Durante dos años, Sheik monitoreará a “sus pacientes” cada dos meses. “Las cuadrillas de la Municipalidad encargadas del mantenimiento de los parques serán claves en este monitoreo, para que me alerten de cualquier problema”, manifestó.
De hecho, el proyecto contempla una fase de capacitación al personal de la Municipalidad de San José. “Esto no funciona si no compartimos el conocimiento. Por eso vamos a capacitar a los funcionarios municipales para que, cuando termine el proyecto, ellos puedan seguir curando árboles”, comentó Guardia.