¿Cuál es la importancia de este proyecto para el país?
El NAMA de ganadería establece, dentro de las medidas de mitigación, el mejoramiento de pasturas de la alimentación y nutrición. Cuanto mejor alimentado esté el ganado, menos metano produce y hay otras medidas prácticas para mejorar el suelo. Es un gran capturador de carbono. Por ejemplo, el uso eficiente de nitrógeno en la producción de leche.
En términos de pasto, ¿qué implica este programa?
Significa traer nuevos materiales, de una especie de pasto que se dice es muy rica en fotosíntesis y en calidad. Trabajamos junto con el Centro de Investigaciones en Agricultura Tropical (CIAT), que uno de sus ejes es pasto. La idea es traer nuevos materiales de pasto porque la última generación se trajo desde hace mucho tiempo. Hemos descuidado un insumo tan importante como este.
El sector ganadería es un importante emisor, ¿esto tiene algo de culpa?
Eso hay que desmitificarlo. Cuando empecé en los ochenta, se nos señalaba porque nos acusaban como la gran depredadora del bosque. ¿Qué es lo que digo? Es cierto, en el sector agropecuario es el principal emisor, pero eso es producto de la actividad de producir carne y leche que tanto necesita el país. Hoy hay tecnología para disminuir y mejorar y es lo que estamos tratando de hacer con el NAMA de ganadería. Tenemos 1,8 millones hectáreas que pertenecen a ganaderos de las cuales casi 500.000 son áreas de bosques en fincas.