Las obras para colocar un radar en la isla del Coco llevan un 30% de avance. Esto incluye la construcción de la planta hidroeléctrica Olivier, que proveerá 10,5 kWh de energía.
Jasson Calderón, funcionario de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz, entidad encargada de construir la planta, afirmó en abril que esperan haber terminado en setiembre.
El Gobierno apostó por la colocación de 17 radares para proteger nuestros mares. El primero estará en la isla y su costo asciende a $3,7 millones. Protegerá un área de 140 grados con una cobertura de 32 millas y se podrán ver objetos de hasta un metro cuadrado. Su alcance para divisar objetos grandes es de 70 millas. No obstante, dejará al descubierto la parte sur.
La estrategia de vigilancia es financiada por Conservación Internacional, la Fundación Amigos de la isla del Coco (Faico), la asociación Costa Rica por Siempre y el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae).
Para Zdenka Piskulich, de Costa Rica por Siempre, falta un decreto que obligue a cada barco a instalar sistemas de identificación que le den al radar datos como quiénes son el capitán y los tripulantes, cuándo zarpó y cuánto combustible lleva. La base de datos está lista en un 80%.
Géiner Golfín, administrador de la isla, opina que el radar no basta para la eliminar la pesca ilegal. “Necesitamos capitanes, embarcaciones, una reforma a la ley de Incopesca y que sus supervisores apliquen sanciones”, enumeró.