Quienes caminan alrededor del lago del Parque Metropolitano La Sabana ahora tienen nuevos acompañantes: ocho esculturas de madera en forma de aves tomaron esta área para llenar de más color y belleza al pulmón de San José.
Durante una semana, seis destacados escultores nacionales cincelaron estas criaturas a vista y paciencia de los visitantes del parque, quienes pudieron hacerles preguntas e interactuar con ellos.
Hoy, una vez concluido el trabajo, sus obras permanecerán por tiempo indefinido en el parque como una especie de catálogo de su talento.
Uno de los artistas, Germán Quirós, viajó desde Palmar Norte para elaborar una pieza nacida de su inspiración. “Para mí, la Lapa norteña es un símbolo costarricense que debemos preservar y cuidar”, manifestó Quirós.
Muchas personas reaccionaron con sorpresa y satisfacción al observar a los nuevos inquilinos de La Sabana.
“Están muy bonitas; es lindo ver que el arte también tiene presencia en los parques públicos para que todos puedan disfrutarlo”, señaló Hervin Guerrero, quien llevó a sus hijos a observar a las aves de madera.
Embellecer el parque. Estas esculturas tienen dos metros de altura y están confeccionadas con madera de eucalipto.
La madera, precisamente, proviene de los árboles que fueron cortados al inicio del proyecto de rearborizar La Sabana.
La idea del proyecto es convertir el parque en un bosque urbano, que mezcle la naturaleza con los espacios para el deporte, el arte y la recreación para personas de todas las edades.
Lisseth Villalobos, de la Gestión de Proyectos de la Dirección Nacional del Instituto Costarricense del Deporte y la Recreación (Icoder), señaló que la iniciativa pretende darle más vida, color y forma a ese espacio recreativo.
“Este cambio progresivo se hará cada vez más evidente, pero estamos seguros del gran beneficio que traerá para todos.
“Queremos ver a más personas haciendo ejercicio, jugando con sus hijos, patinando, comiéndose un granizado, montando a caballo y disfrutando de todas las especies que ahora adornan La Sabana”, aseveró Villalobos.
El proyecto es liderado por el Icoder y Scotiabank, y cuenta con el apoyo de 11 organizaciones como la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL), el Ministerio de Justicia, la organización Preserve Planet y el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac), entre otras.