Más de 250 años de historia de la conservación encontraron cabida en un nuevo libro escrito por Mario Boza, uno de los impulsores de los parques nacionales en el país.
Historia de la conservación de la naturaleza en Costa Rica fue publicado por la Editorial Tecnológica de Costa Rica. Es el resultado de tres años de trabajo que llevaron a Boza a consultar documentos históricos, libros y artículos periodísticos desde 1754 hasta el 2012.
Durante ese tiempo, el autor contó con el apoyo del Centro Científico Tropical (CCT), el Instituto Internacional en Conservación y Manejo de Vida Silvestre (Icomvis) de la Universidad Nacional, y la organización The Leatherback Trust (TLT).
Boza se embarcó en esta tarea impulsado por sus amigos Álvaro Ugalde, Eduardo Carrillo y Sigifredo Marín.
Su intención era poner a disposición de los guardaparques material de consulta y, por ello, les dedicó la obra.
“Los guardaparques son los verdaderos héroes de la conservación de la naturaleza de nuestro país, por su mística, su dedicación, su sacrificio y su trabajo infatigable. Ellos ponen sus vidas en peligro todos los días (...). Por esa razón, este libro lo he escrito para ellos y lo he dedicado a aquellos guardaparques y conservacionistas que ya no están con nosotros”, detalló el autor.
Por esa razón, en el texto sobresalen figuras como Olof Wessberg y Karen Mogensen (creadores de Cabo Blanco), Archie Carr y Guillermo Billy Cruz (padres de Tortuguero) y, por supuesto, Álvaro Ugalde , quien junto con Boza fundaron el Parque Nacional Santa Rosa y esbozaron el Servicio de Parques Nacionales.
Historia en verde. El libro se inicia en 1754, en época colonial, cuando el rey de España promulgó que se reservara una milla de ancho en ambos litorales, antecedente antiquísimo de la Zona Marítimo-Terrestre (ZMT).
Continúa en 1855 con la descripción realizada por el alemán Carl Hoffman, cirujano mayor del Ejército Expedicionario de Costa Rica durante la Campaña Nacional (1856-1857), sobre el bosque en las faldas del Irazú.
Luego, el texto deja nota de 1891, cuando se firmó el contrato para que el alemán Augusto Gissler constituyera una colonia agrícola en Isla del Coco .
El libro se adentra en el siglo XX, de la mano de los estudios realizados por el geógrafo, naturalista y botánico suizo Henri Pittier, quien documentó la exuberancia natural de Costa Rica.
A partir de 1945, el relato se asocia a la historia de los parques nacionales, hasta llegar a su época de esplendor en 1970 y su actual condición.
“La información que se presenta dista de ser exhaustiva. Es evidente que existe mucha más información sobre algunos temas”, advirtió Boza, a la vez que invitó a seguir esta obra.