En el mundo, los delitos ambientales generaron al crimen organizado ganancias entre $91.000 y $258.000 millones en el 2015, es decir, un 26% más que los ingresos del 2014.
Así lo reveló el informe El crecimiento del delito ambiental , publicado en forma mancomunada por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) e Interpol.
“Este es un tema preocupante porque si se generan estas ganancias, pues más gente se va a interesar en este tipo de delitos. En cierta manera, ese es dinero que se le está robando a los países en la forma de su patrimonio natural y eso debilita sus economías. Por eso, desde Naciones Unidas, estamos lanzando la alerta”, dijo Leo Heileman, oficial del Pnuma para América Latina y el Caribe a La Nación .
En los últimos 10 años, los delitos ambientales aumentaron a un ritmo entre 5% y 7% al año. Para Pnuma e Interpol, estas actividades se están incrementándose dos y tres veces más rápido que el producto interno bruto (PIB) mundial.
Entre estos delitos se encuentra el tráfico ilegal de especies, la tala y el contrabando de madera, la orería y la extracción no permitida de minerales, la pesca ilegal, el contrabando de residuos peligrosos, así como el fraude en créditos de carbono.
En este sentido, estos delitos constituyen la cuarta actividad criminal en el orbe detrás del tráfico de drogas, la falsificación y el tráfico de personas.
“El auge de la delincuencia ambiental encuentra que en el marco de leyes débiles y fuerzas de seguridad mal financiadas; las redes criminales internacionales y los rebeldes armados se benefician de un comercio ilegal que alimenta los conflictos, devasta ecosistemas y amenaza con la extinción de especies”, se lee en el informe de Pnuma e Interpol.
De hecho, y según este reporte, la cantidad de dinero que las naciones pierden debido a estas actividades ilícitas es 10.000 veces mayor que los recursos que se invierten para combatirlas.
Más sofisticados. Pnuma e Interpol alertan sobre el crecimiento de transnacionales del crimen que vuelven más compleja la atención a este tema .
Estas son organizaciones dedicadas a tráfico de drogas o personas que utilizan los delitos ambientales como distractores, como medios para contrabandear otras mercancías o “ caja chica ” a fin de contar con dinero para sus operaciones en el campo.
En América Latina, por ejemplo, el informe señala que las organizaciones criminales están utilizando los delitos ambientales para “blanquear” el dinero proveniente de la droga.
Pnuma e Interpol también denuncian la utilización de empresas ficticias en paraísos fiscales para lavar dinero generado a partir de la extracción ilegal de madera o minerales.
Por su parte, el fraude en créditos de carbono asciende a cientos de millones de dólares.
“La complejidad de este tipo de crimen requiere una respuesta multisectorial, apoyada por la colaboración transfronteriza”, comentó Jürgen Stock, secretario general de Interpol.