El nicaragüense Roberto Martínez Martínez de 40 años de edad, fue condenado este sábado a un año de prisión por haber destazado una tortuga verde, pero se le dio el beneficio de ejecución condicional de la pena, por lo que se le exime de ir a la cárcel.
En caso de volver a caer preso por algún delito los jueces podrían dejarlo tras las rejas.
El hecho se registró en barra del Tortuguero el pasado 31 de julio. El sujeto fue sorprendido detrás de una casa, justo cuando cortaba el animal con un machete y se le sometió a la justicia por el método de flagrancia, para su rápida resolución.
La sentencia fue leída este sábado a las 5:30 p.m. en el Tribunal de Pococí.
En Costa Rica, la protección legal de la tortuga verde empezó con un decreto ejecutivo en 1963, el cual se fortaleció con una ley en 1969 y la Sala IV ratificó la prohibición total de pesca en 1999.
De acuerdo con Didier Chacón, presidente de la Red para la Conservación de la Vida Silvestre en el Gran Caribe (Widecast), un año no es suficiente y cree que todo el peso de la ley debería caer sobre estas personas.
"Eso es lo típico, hay un trabajo hecho por los colegas del Centro de Derecho Ambiental, en donde han encontrado que arriba del 90% de los delitos contra tortuga marina terminan en situaciones como esta".
Agregó que a veces los jueces dictan medidas a estos destazadores como no acercarse a la playa, pero en las zonas costeras las autoridades no tienen tecnología para ver si las personas tienen alguna restricción.
"Creo que un año no es suficiente porque un peritaje del Ministerio de Ambiente sobre el valor económico de las tortugas marinas en Tortuguero revela que cada una aporta unos $2.000 (¢1 millón) a la economía ya que va y viene varias veces en su vida y pone huevos que producen más animales. Habría que ver si el juez usó esa valoración para imponer un año", puntualizó.
Según widecast las tortugas marinas también atraen mucho turismo en zonas como Ostional, Playa Grande y Tortuguero, donde los turistas llegan a verlas vivas y en su hábitat.