La temperatura aumenta y las poblaciones de abejorros de Europa y Norteamérica no logran emigrar a sitios con condiciones más favorables, como sí lo hacen otros insectos.
Dichos abejorros no logran adaptarse a las nuevas condiciones que trae consigo el cambio climático.
Así lo concluyeron investigadores de la Universidad de Ottawa (Canadá) en una investigación publicada en la revista científica Science .
“Este estudio es importante porque refuerza la tesis de que algunas especies no serán capaces de cambiar sus hábitats para adaptarse al cambio climático”, declaró Sacha Vigneri, editor asociado de Science , a órganos de prensa.
Los investigadores analizaron 500.000 registros geográficos, tomados entre 1901 y el 2010, de 67 especies de abejorros propios de Europa y Norteamérica.
“El territorio cubierto por los abejorros en el sur de Europa y en América del Norte disminuyó cerca de 300 kilómetros. La amplitud y el ritmo de estas pérdidas no tienen precedentes”, comentó Jeremy Kerr, autor principal del estudio y profesor de Macroecología y Conservación.
Contrario a las mariposas, los abejorros no están migrando al norte. Según Kerr, la respuesta observada en otras especies de insectos ante el aumento de temperatura ha sido cambiar su hábitat por uno ubicado en la región polar o en elevaciones más altas.
“No obstante, para las especies que evolucionaron en condiciones frías, como los abejorros, el cambio climático quizás sea el tipo de amenaza que realmente los haga desaparecer”, dijo Kerr.
De hecho, el abejorro norteamericano ( Bombus fraternus ) entró en el 2014 a la lista roja de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN) como especie amenazada.
Entre 2002 y 2012, su distribución declinó 29% mientras que su abundancia cayó 86%; todo esto, en comparación con los registros históricos (1805 -2001).
En ese momento, UICN destacó la pérdida de hábitats como la mayor amenaza a esta especie, así como la exposición a los pesticidas y otros agroquímicos.
A partir de la investigación de Kerr y su equipo, el aumento de la temperatura se suma a las causas del declive de las poblaciones de abejorros y abejas, los cuales cumplen un rol clave en el ecosistema como polinizadores.
“Si no se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero (causantes del calentamiento mundial), la reducción de la polinización podría hacer que algunas plantas, frutos o legumbres se vuelvan más escasos y, por tanto, más caros”, advirtieron los investigadores en el estudio.