Miami. AFP. En setiembre, un aparato inspirado en un vaso de plástico viajará al espacio a bordo de la primera misión robótica de Estados Unidos, rumbo a un asteroide, y con el objetivo de recoger polvo estelar de miles de millones de años.
Esta misión de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) se llama OSIRIS-REx y supone un costo de $800 millones.
La nave espacial no tripulada viajará con destino a un asteroide cercano a la Tierra llamado Bennu, para recolectar polvo espacial que podría revelar cómo es que material necesario para crear vida –como hielo y carbón– llegaron a nuestro planeta.
“Estamos en busca de muestras que daten del nacimiento de nuestro sistema solar”, dijo Dante Lauretta, el principal investigador de OSIRIS-REx, junto con un equipo de la Universidad de Arizona, en Tucson, EE. UU.
La nave, que pesa 2.087 kilos y tiene el tamaño de un vehículo SUV, será lanzada el 8 de setiembre a bordo de un cohete Atlas V, desde Cabo Cañaveral, Florida. En el 2023 retornará a la Tierra con su tesoro de polvo espacial.
La nave no aterrizará sobre el asteroide, sino que chocará levemente contra él durante algunos segundos para recoger el polvo, que será estudiado en la Tierra.
Pero el gran desafío de la misión es la gravedad cero, ya que, ante su ausencia, el dispositivo podría esparcir el polvo, en lugar de recolectarlo.
La idea. Este problema motivó hace años al ingeniero Jim Harris, de Lockheed Martin, a practicar una técnica de aspiración revertida en la entrada de su casa.
En el suelo, colocó boca abajo un vaso de plástico desechable con agujeros estratégicamente ubicados.
Luego utilizó un compresor de aire para aspirar a través de la base del vaso. La suciedad salió a través de los hoyos en el vaso y fue recolectada en un contenedor externo. De esta forma, Harris llamó a su invento TAGSAM.
“En los últimos diez años se ha recorrido un largo camino, desde un vaso descartable en la entrada de una casa, a lo que vemos ahora”, manifestó Rich Kuhns, director del programa OSIRIS-REx, de la Lockheed Martin Space Systems, en Denver.
TAGSAM tiene el objetivo de volver a la Tierra con más material que el recolectado en una misión similar de la agencia japonesa de exploración espacial en el 2003.
La misión Hayabusa enfrentó algunas dificultades e incluso hizo un aterrizaje forzoso en la superficie de su objetivo, pero logró regresar con poco menos de un miligramo de material del asteroide Itokawa en el 2010.
La nave de la NASA está diseñada para colectar al menos 60 gramos de polvo, pero las pruebas indican que tiene capacidad para unos 300 gramos.
La muestra será tomada en julio del 2020, para que la nave tenga tiempo de estudiar de cerca al asteroide y que los científicos elijan la mejor región para la recolección, dijo Gordon Johnston, encargado del programa OSIRIS-REx en la sede de la NASA.
“Nos acercaremos a Bennu, lo mapearemos, lo orbitaremos, lo estudiaremos y elegiremos el lugar más seguro y más interesante científicamente para recoger una muestra antes de ingresar e intentar tomar la muestra”, expresó Johnston.
“Tres cuartos de la muestra serán apartados para futuros investigadores, para buscar respuestas a las interrogantes científicas que aún siquiera nos hemos planteado”, indicó.
La NASA también prometió un 4% de la muestra a su mayor aliado en este esfuerzo, Canadá, y 0,5% a Japón.
La NASA basó gran parte del diseño del OSIRIS-REx en su misión Stardust de 1999, la cual regresó a Tierra con material cósmico de la cola de un cometa distante.
“Stardust nos dijo mucho de los cometas, que se forman en la parte externa del Sistema Solar”, comentó Lauretta.
La entidad escogió Bennu de entre medio millón de asteroides conocidos en el Sistema Solar, debido a que tiene el tamaño adecuado, es fácil de llegar y contiene polvo cósmico rico en carbón de billones de años atrás, explicó Christina Richey, científica adjunta del programa OSIRIS-REx.
“Estamos hablando del inicio de la formación de nuestro Sistema Solar. Tal vez de los precursores de la vida en la Tierra o en otro lugar”, destacó la experta.La roca espacial es más alta que la torre Eiffel y pasa cerca de la Tierra cada seis años, orbitando al Sol casi a la misma distancia que la Tierra.
“Bennu es el asteroide más estudiado pero aún no ha sido visitado por una nave", estimó Richey.