Un paciente con enfermedad crónica en sus riñones que además es obeso corre un mayor riesgo de desarrollar falla renal.
Esa relación se conocía anteriormente; sin embargo, el mecanismo detrás de ella no estaba claro hasta que una reciente investigación arrojó pistas.
Un estudio realizado por un grupo de investigadores de la Universidad Shiga de Ciencias Médicas en Japón relaciona la obesidad con la supresión de un proceso celular denominado autofagia.
Mediante este proceso la célula elimina proteínas dañadas y otros componentes defectuosos en su sistema, es como una autodigestión. Se ha observado que los pacientes obesos presentan insuficiencias de este proceso.
En su experimento, los investigadores utilizaron ratones y biopsias (muestras de tejido) de riñones humanos. Los científicos observaron que en ratones con peso normal y enfermedad renal la autofagia estaba presente en las células de los riñones. Por otra parte, en los ratones obesos, también con enfermedad renal, se produjo una supresión de la autofagia y las células renales mostraron daños.
El equipo investigador también descubrió que un potente supresor de la autofagia –llamado mTOR– se mostró altamente activo en los riñones de los ratones obesos.
Tanto la activación excesiva de mTOR y la supresión de la autofagia se observaron en las muestras de tejido de riñón de pacientes obesos con enfermedad renal.
“Nuestros resultados sugieren que recuperar la acción protectora de la autofagia podría mejorar la salud renal de pacientes obesos”, opinó el investigador Kosuke Yamahara.
El estudio se publica en la revista de la Sociedad Estadounidense de Nefrología.