Costa Rica cuenta con 600 playas de interés turístico. De estas, 30 registran ahogamientos y el 80% de estos casos se deben a las corrientes de resaca.
Por ello, la recomendación de los científicos –como Isabel Arozarena de la Universidad Nacional (UNA)– es aumentar la presencia de salvavidas en el país.
Sin embargo, y según Arozarena, solo cuatro playas cuentan con personal de rescate acuático: Cocles en Limón, Tamarindo en Guanacaste, Jacó y Blanca (Punta Leona) en Puntarenas.
Algunos hoteles tienen personal capacitado para cumplir con labores de rescate en playa.
“Yo sé que los hoteleros hacen lo propio, pero la municipalidad debe velar por que esa vigilancia sea más amplia”, dijo Víctor Ramírez, jefe del Departamento de Servicio al Turista del Instituto Costarricense de Turismo (ICT).
Luis Hidalgo, presidente de la Asociación Nacional de Guardavidas, coincidió : “la responsabilidad es del Estado, porque las playas son administradas por este”.
Esfuerzo municipal. Algunas municipalidades lo entendieron así y ya cuentan con salvavidas.
Ese es el caso de la Municipalidad de Garabito, que desde hace cinco años cuenta con tres guardavidas para vigilar 4,6 kilómetros que son altamente visitados.
Según la Cámara de Turismo de Garabito, entre 10.000 y 15.000 personas visitan Jacó en fin de semana.
“Necesitamos mayor conciencia en el comercio para colocar al menos cinco torres de vigilancia y así la gente que visita la playa se sienta segura. Eso nos da buena imagen”, comentó Gerardo Cambronero, de la Cámara de Turismo de Garabito, quien agregó que al personal de rescate también hay que dotarlo de equipo como tablas, boyas y radios de comunicación. El próximo año, Puntarenas seguirá los pasos de Jacó y contará con seis salvavidas para vigilar tres kilómetros de costa.
“Gradualmente se estará dotando de torres y equipo que les permitan hacer una labor eficiente, segura y brinde respaldo a la visitación masiva. Para la capacitación, nos estamos apoyando en el Servicio Nacional de Guardacostas que cuenta con un instructor certificado”, mencionó el alcalde Rafael Ángel Rodríguez.
Mejores condiciones. Según Hidalgo, la Asociación Nacional de Guardavidas fiscaliza a sus agremiados. En este sentido, realizan cuatro visitas anuales: dos para evaluar el tema de primeros auxilios y otras dos para contenidos de salvamento acuático.
Sin embargo, los salvavidas trabajan sin amparo legal. “El Ministerio de Trabajo no nos incluye en la lista de empleos, a pesar del gran riesgo que se corre”, manifestó Hidalgo.
Lejos de cruzarse de brazos, esta asociación trabaja con la Universidad Santa Paula para formalizar una carrera técnica que permita profesionalizar al personal de rescate acuático.
“La idea es darle una alternativa de carrera universitaria a todos esos estudiantes que salen de colegios costeros, muchos de ellos son surfistas y que mejor que echar mano del recurso propio de estas zonas por el conocimiento que tienen del mar y a la vez darles una opción de trabajo”, destacó Hidalgo.