El 14 de mayo del 2009, el telescopio astronómico Herschel, de la Agencia Espacial Europea (ESA), partió hacia el espacio con la misión de investigar la formación de estrellas y galaxias.
Llevaba consigo 3.400 kilos de peso, 2.300 de litros de helio y un espejo de 3,5 metros de diámetro, entre otros instrumentos.
El pasado 29 de abril al Herschel se le agotaron las reservas de helio líquido necesarias para enfriar eso instrumentos hasta temperaturas que les permitieran funcionar correctamente. Sin embargo, el telescopio siguió en el espacio por algunas semanas más para maniobras finales.
Cuatro años después, el trabajo de Herschel no solo cumplió con las expectativas, sino que las sobrepasó. “Herschel ha sido considerado como un gran éxito entre la comunidad astronómica. Desde su lanzamiento, ha producido más publicaciones científicas que cualquier otra misión de la ESA”, declaró a la La Nación , el director científico del proyecto Göran Pilbratt. A bordo del Herschel viajó el espejo para telescopio más grande jamás enviado al espacio para capturar longitudes de onda infrarrojas y submilimétricas. “El objetivo de Herschel –y de la astronomía en general– es entender cómo se formaron nuestro planeta, nuestro Sol y nuestra galaxia y, tal vez, con el tiempo, descubrir si estamos solos en este vasto universo”, dijo.
Con respecto a los principales aportes de la misión, Pilbratt señaló que cada quien tiene su lista de favoritos. “El Herschel demostró que durante los primeros 1.000 millones de años después de la Gran Explosión había galaxias produciendo miles de estrellas con una masa similar a la del Sol”.
Él destacó que observaciones del Herschel ayudaron a aclarar la pregunta: ¿dónde se formó el agua de la Tierra y cómo llegó aquí? Según Pilbratt, ya se sabía de las existencia de moléculas de agua en las nubes interestelares de gas y polvo que integran la materia prima para la formación de estrellas y planetas. Sin embargo, “el Herschel permitió seguir el curso del agua desde esas nubes hasta el proceso de formación de estrellas y planetas, gracias al hallazgo de vapor de agua en un núcleo preestelar”, agregó .
Por su parte, el director general de la misión, Leo Metcalfe, destacó: “El funcionamiento del Herschel significó un gran reto para la industria europea. Por ejemplo, la construcción de instrumentos ópticos livianos con materiales inusuales y el sistema criogénico, entre otros”.