Un simple resfriado en el espacio podría convertirse en un problema de gran envergadura para una tripulación que viaje a la Estación Espacial o a otro destino fuera del planeta. Así lo revelaron dos estudios publicados recientemente en la revista especializada Journal of Interferon & Cytokine Research.
Las investigaciones sugieren que un vuelo espacial puede alterar temporalmente el sistema inmunitario de los miembros de la tripulación. Si bien se comprobó que los glóbulos blancos de los tripulantes permanecen sin alteración alguna, logró determinarse que algunas funciones celulares eran significativamente menores, hecho que los hacía más vulnerables a virus latentes en ellos o sus compañeros.
En otras ocasiones, la actividad celular mostraba una respuesta mayor a la normal o esperada, lo cual exponía a los tripulantes a reacciones alérgicas o sarpullidos.
Es decir, el sistema inmunitario de los individuos analizados se mostraba confundido, explicó la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) en un comunicado oficial.
“Estudios anteriores, realizados después de los vuelos espaciales, no fueron suficientes para cuantificar el efecto en el sistema inmunitario de los tripulantes.
Estos nuevos datos proporcionaron la información que necesitábamos para determinar que se da una desregulación inmunológica y que, de hecho, persiste durante largo tiempo en los viajes espaciales”, aseguró Brian Crucian, experto en inmunología y estudios biológicos de la NASA.
Análisis. En la segunda investigación, los científicos tomaron muestras de sangre de 28 tripulantes, antes, durante y después de un viaje espacial. Lo hicieron para analizar las citoquinas presentes en el plasma sanguíneo.
Las citoquinas tienen la labor de reclutar células inmunitarias para que se presenten en la parte del cuerpo infectada o lesionada y además facilitar la comunicación de célula a célula, explicó la NASA en su sitio web.
La investigación reveló que los sujetos analizados sufrieron cambios en sus citoquinas, y esas modificaciones persistieron durante el vuelo.
Crucian destacó que durante un viaje espacial, el sistema inmunitario ya está expuesto a muchos factores que lo pueden alterar, como la radiación, los microbios, el estrés, la microgravedad, los ciclos de sueño alterados y el aislamiento.
El tema preocupa a la NASA: “Esto nos dice que no hay un lugar durante los vuelos espaciales en el que haya estabilización del sistema inmunitario. Esto es fundamental, pues perseguimos misiones de mayor duración”, dijo Marcos Shelhamer, jefe del Programa de Estudios en Humanos de la NASA.