El Bio-Bus se mueve por las calles del Reino Unido, impulsado por biometano, un combustible fabricado con restos de comida y excremento humano.
Este singular vehículo ofrece 40 puestos para los usuarios y, a tanque lleno, es capaz de recorrer 300 kilómetros.
Los ingenieros de la empresa GENeco , creadora de la iniciativa, aseguran que este tipo de transporte brinda una nueva alternativa para disminuir las emisiones y la contaminación que causan los motores de los autobuses tradicionales.
El biometano se obtiene luego del tratamiento de aguas residuales, explicó Mohammed Saddik, gerente general de la compañía, al resaltar que así, “el Bio-Bus es ‘alimentado’ por las personas que viven en el área”.
“De esta manera, el uso de biometano no solo proporciona un combustible sostenible, sino que además reduce nuestra dependencia de combustibles fósiles usados tradicionalmente”, agregó Saddik.
Reutilizar. Charlotte Morton, directora ejecutiva de la Asociación de Biorrecursos y Digestión Anaeróbica (ADBA, por sus siglas en inglés), aseguró, en un comunicado oficial, que el autobús muestra claramente cómo las heces humanas y los residuos de comida son recursos valiosos.
“Los alimentos no aptos para el consumo humano, deben ser recogidos y reciclados, para que no se desperdicien” apuntó.
Esa visión coincide con la impulsada por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés), que recientemente lanzó iniciativas dirigidas a familias, para que compartan la comida en buen estado que no van a consumir, almacenen de mejor manera los alimentos o conviertan los desperdicios en abono para evitar la contaminación.
Justamente, el tema ambiental es el más beneficiado con este transporte impulsado por biocombustible.
Según Collin Field, director de ingeniería de Bath Bus, empresa encargada de operar el autobús en la ciudad de Bristol, este proyecto verde no pudo haber llegado en un mejor momento.
“Nos acercamos a 2015, cuando la propia ciudad de Bristol se convierte en capital verde europea”, resaltó el ejecutivo.
Field se mostró convencido de que “con tanta atención dirigida a una mejor calidad del aire, la reacción del público a la aparición de estos autobuses se centrará en el potencial de este combustible en particular”.