Todos los que hemos tenido la dicha de disfrutar a nuestros abuelos podemos dar testimonio de lo valioso que ha sido su presencia en nuestra vida: el cariño, el amor, el chineo, la compañía y ese consejo sabio o ayuda cuando la necesitamos.
Los que ya han llegado a la etapa de tener nietos, podrán decir cosas similares: el cariño y el amor que reciben de ellos, la compañía, los aprendizajes…
Se trata de una relación cada vez más muy duradera; con la creciente esperanza de vida el llegar a la edad adulta con la presencia de abuelos aún en nuestras vidas es algo bastante común y afortunado.
Pero, más allá de la alegría de tener a nuestros abuelos o nietos cerca, aún cuando los nietos ya son adultos, ¿puede esta relación ser beneficiosa para la salud de ambas generaciones?
Un nuevo estudio encuentra que sí: el mantener una relación cercana entre abuelos y nietos que ya son adultos tiene un impacto positivo en la salud mental de ambas generaciones.
Según la investigación, cuyos resultados se presentan hoy en Nueva York, en la reunión anual de la Asociación Estadounidense de Sociología, una relación cercana entre abuelos y nietos adultos está directamente asociada a menos síntomas de depresión para ambas generaciones.
Para llegar a esa conclusión, Sara M. Moorman, investigadora del departamento de sociología y del Instituto del Envejecimiento del Boston College, en Massachusetts, junto a sus colegas, utilizó datos de un estudio longitudinal que siguió entre 1985 y el 2004 a familias estadounidenses con tres o cuatro generaciones vivas.
Los investigadores tomaron una muestra de 376 abuelos y 340 nietos de edad adulta. Para 1994, el punto medio del estudio, la edad promedio de los abuelos era de 77 años y la edad promedio de los nietos, 31.
El análisis encontró que los abuelos y nietos que recibieron más apoyo emocional el uno del otro, aquellos que tenían una relación cercana, tenían una mejor salud mental que aquellos que no tenían esa fuerte relación.
Los investigadores también analizaron qué ocurría cuando se daba apoyo tangible, definiendo apoyo tangible como la solidaridad de hacer cosas por la otra persona: ayudar en tareas del hogar, llevarla o acompañarla a hacer compras o a una cita, dar ayuda económica.
Curiosamente, los nietos no mostraron tener un efecto positivo ni negativo al dar o recibir apoyo tangible de sus abuelos, pero los abuelos sí. Los abuelos capaces de ayudar y recibir ayuda de sus nietos tienen menos síntomas depresivos, dice el estudio.
No obstante, aquellos abuelos que solo reciben la ayuda de los nietos y no son capaces de darla, se deprimen más.
La investigación, además de constatar lo importante que es mantener relaciones cercanas y fuertes entre abuelos y nietos en la edad adulta, también señala lo importante que es para la salud mental de un adulto mayor el sentirse necesitado por otros.
Así que si usted tiene la dicha de tener aún a sus abuelos cerca o si ya es un abuelo con nietos adultos, vaya, pase tiempo con ellos, pídales consejos y déjese ayudar por ellos… esa relación le traerá dicha y salud a usted y a ellos.
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