En medio siglo de existencia, la innovación constante en las llantas y el hacer de los vehículos un medio más seguro para transitar en carretera, ha sido la ruta de trabajo de Bridgestone de Costa Rica.
Desde que comenzó a operar en el país, en 1967, bajo la tutela de la corporación Firestone, la marca se fijó la meta de abastecer a un floreciente mercado Centroamericano.
En estos 50 años de operar en el país, Bridgestone de Costa Rica ha producido alrededor de 67 millones de llantas, para vehículos livianos y de trabajo, así como para su línea de reencauche que comercializa bajo la marca Bandag.
Medio siglo después de que comenzó a trazar su camino, abastecer la región ha dejado de ser el principal objetivo de la compañía. Hoy se plantea retos más complejos.
A raíz del acelerado avance tecnológico en la industria automotriz y el considerable aumento del parque vehicular, la marca afronta el desafío de innovar todos los días con productos más seguros y eficientes en cuanto a consumo e impacto en el ambiente, explica Erick Herrera, Country Manager de Bridgestone de Costa Rica.
Justamente, el fabricar productos más ecológicos es una de sus metas claves.
Esto los ha llevado a desarrollar, por ejemplo, la línea Ecopia, cuyas llantas han sido diseñadas para presentar menor resistencia a la rotación del vehículo. A menor fricción, se reduce el consumo de combustible y, por ende, las emisiones de C02 en el ambiente.