“Déjenme ver si puedo hacer un examen de conciencia. Voy a pensar un minutito”.
El presidente Óscar Arias se lleva la mano derecha a la boca y la izquierda la ocupa rasguñando el cuero verde de la silla, en el despacho que ya hoy deberá estar limpio de fotografías, recuerdos y medallas, para que Laura Chinchilla lo adorne como quiera.
Piensa varios segundos y, tras una nueva arremetida contra la clase política en general, admite que en estos cuatro años “posiblemente” pecó de impaciente ante algunos políticos opositores. “Batracios que cuando saltan, creen que están volando”, agrega.
Esta es la última vez que
Siento una enorme satisfacción de haber podido servirle a este maravilloso pueblo una vez más en momentos difíciles. Éramos presa de una absoluta incertidumbre sobre el rumbo que debía tomar el país. Sabíamos de dónde veníamos pero no a dónde íbamos. Pusimos a Costa Rica a caminar. Hicimos cosas que posiblemente otros no hubieran querido o no hubieran podido.
Sí. Cuando no estaba nada seguro de volver a la Presidencia, gente del Partido me decía que yo iba a perder si pretendía defender el TLC, la apertura de telecomunicaciones y seguros. Yo les dije que si no querían que yo hiciera eso, se buscaran otro candidato, que yo no quería ser Presidente solo para administrar.
“La satisfacción ahora es saber que lo hicimos. Hicimos cambios importantes para un país pequeño que debía insertarse al mundo y no dar más la espalda al mundo musulmán ni seguir con Taiwán, que no es país”.
¡Cómo no sentirse así cuando una niña de seis años se te tira a las piernas para decir que le duele que uno se vaya, cuando una abuela me agarra mi cabeza y me coge a besos, o cuando un campesino extiende su mano callosa para decirme “gracias infinitas”! Me hacen un nudo en la garganta. Me dicen que me van a añorar.
Yo les he dicho que la Costa Rica que dejé en 1990 es muy diferente a la que hallé en el 2006. Es una Costa Rica con una maraña legal e institucional muy complicada y se nos ha deteriorado la cultura política. Con mucha frecuencia se acude a palabras violentas. Con facilidad se le llama corrupto a todo el mundo. No éramos así 20 años atrás.
Usted quiere que yo me confiese con usted y le diga qué de esta ingobernabilidad es mi culpa'
No, déjenme ver si puedo hacer un examen de conciencia. Voy a pensar un minutito (...) Diay, usemos una frase de Otilio Ulate: “los batracios, cuando saltan, creen que están volando”. Diay sí, entonces tal vez yo no tuve la paciencia para lidiar con esa gente y eso es culpa mía, ya que usted quiere que yo haga mi examen de conciencia. Hay batracios aquí y yo posiblemente no les tenga paciencia.
Ya sería mucho. Ya hice mi examen de conciencia y pienso que' Por otro lado, entendamos otra cosa: Yo he soñado con que lo ideal sería que este país pudiera tener piloto automático, como Chile. Los socialistas votaron todos los TLC sin problemas. En Chile un José Merino solo se le encontraría en un museo; y no en un museo cualquiera, en un museo de antropología.
El otro país que va por ese camino es Brasil. Con Laura sin duda alguna habrá continuidad sobre lo que hemos hecho, pero no son suficientes ocho años. Si queremos un piloto automático tenemos que profundizar ese camino. En el país hay gente que, de tomar el poder, va a revertir mucho de lo que hemos hecho, no creen en libre comercio y defienden el monopolio del ICE.
Me lamento de que no emerjan generaciones bien formadas.
Hice un esfuerzo por dar oportunidad a jóvenes. Algunos descollan, pero no tienen ánimo para enrollarse las mangas y darse codazos en política. Lo hizo Figueres conmigo hace 40 años. Claro, yo quería ser Presidente desde que estaba en el vientre de mi mamá.
No, usted sabe que he querido que este país elija a una mujer.
Sí, sí.
Muy pocas. Me traía unas cartas extensas en las que me decía lo que yo debía hacer. Es difícil dialogar así. Y me siguió enviando las cartas, pero el fin era que ustedes la publicaran, no que yo las leyera.
Tengo buena relación con muchos obispos; no con todos, pero además tengo ideas que la Iglesia no comparte. Ya las he expresado y no vale la pena volver sobre eso.
Pasemos esta página. Ya hemos hablado suficiente de eso.
Ha habido gente que ha cometido errores. Si para ustedes es un muy serio acto de corrupción que alguien se haya gastado ¢600.000 pesos en un almuerzo, o que haya usado una avioneta del gobierno' ese tipo de cosas. Esas son los actos de corrupción que
La verdad es que el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Esa frase bíblica es muy cierta. ¡Quién no se equivoca!
Sí funcionó. Está integrado por gente objetiva, imparcial.
Eso lo manejaba mi hermano. Yo nunca vi' Mayi (Antillón) sí.
Realmente aburre hablar de una labor de cuatro años retomando todos los temas que ustedes han publicado y republicado por años. Es que hay gente que le exige a una pareja de quinceañeros que haga el amor en La Sabana, porque si no, no es un acto transparente.
Esa es otra parte (...) El recurso de amparo nos hizo un gran favor, aunque, la verdad, yo sí temía que China no completara la segunda parte de la compra de bonos. Vino el fallo de la Sala IV y maravilloso, porque nos obligó a dar la información que China quería ocultar.
Yo quería divulgarlo, sí.
Eso no me desvela. No me importa. Siempre me tiene sin cuidado.
Si no queremos minería, tenemos que modificar el Código y prohibirla. Eso es lo que hará Laura.
Habría que prohibirla, porque no debemos fomentar la polarización en torno a este tema. Yo en este gobierno di instrucciones de ni siquiera recibir solicitudes. Solo la de Crucitas, porque hicieron todo
Sí, porque en el Ministerio de Ambiente hubo funcionarios que no quisieron firmar el permiso y lo pasaron al ministro, y un decreto del ministro solo se puede hacer con el Presidente. Eso fue lo que pasó. Pero... ¿podemos volver a hablar de los cuatro años?
Se va hacer. Lo podemos hacer en 500 años o en 100. Los singapurenses lo hicieron en 35 años. A como van los chinos lo harán igual que Singapur o Malasia. A Nicaragua quizá le tome tres veces más que Costa Rica. Pero si nosotros nos hubiéramos aislado del mundo por voluntad propia rechazando el TLC, hubiera sido tres o cuatro veces más largo el camino al desarrollo. Eso fue lo que traté de explicar.
Sí, absolutamente. Ella fue parte de ese proceso, igual que Kevin. Los tres teníamos el mismo pensamiento. Ninguno creía en monopolios. Los tres apoyamos la inserción en la economía internacional. Eso es parte de la sabiduría convencional del PLN. El que no crea en eso, no puede estar en el partido.