17-01-2013. Hora: 05:20 p.m. Fotografas de la oferta de discos de acetato de la tienda Vrtigo en Multiplaza Escaz, donde se pueden encontrar clsicos como The Beatles, Pink Floyd y Bob Marley, hasta artistas actuales como Skrillex y Lady Gaga. En la foto, Angel Ruiz y Nicole Ros observan un acetato de Skrillex. Fotos: Mayela Lpez (Mayela_Lopez)
¿Se acuerda de los discos de vinil, acetatos enormes que sonaban al contacto con la aguja del tornamesa? Si los ve en una tienda en el 2013, no se asuste, no se trata de un muerto viviente, ni de una reliquia añeja con décadas encima. Los acetatos han vuelto a los estantes de las tiendas de música como un objeto moderno con un toque retro.
En los últimos cinco años hay quienes han encontrado en el pasado un nicho de mercado capaz de seducir clientes. Varias tiendas en Costa Rica se encargan de poner de nuevo sobre la mesa una oferta de discos de vinil y sus reproductores.
La mayoría de los vendedores concuerdan que la introducción de estos productos fue en respuesta a la tendencia mundial que mostraba un repunte en las ventas.
Según la agencia de investigación de medios Nielsen Soundscan, en el 2012 se vendieron 4,6 millones de copias en discos de vinil en Estados Unidos, lo cual representa un aumento de 17,9% respecto al 2011. Si se compara con las ventas del 2007, el crecimiento ha sido explosivo, de un 360%.
A su vez, los comerciantes nacionales concuerdan en que el auge de estos productos comenzó con la fabricación y distribución de tornamesas, que además de reproducir los acetatos, permiten digitalizar la música al conectar el aparato a una computadora. Es decir, incorporan un plus tecnológico, de forma que los usuarios pueden mantener la música en formato físico y, además, escucharla en sus reproductores digitales.
Carla Chaves, gerente de Mercadeo de PriceSmart, negocio que empezó a importar los tornamesas hace 18 meses, comentó que muchas personas tienen todavía discos de vinil y requieren un reproductor. Pero además de eso, necesitan un equipo que se pueda integrar con los sistemas de audio que ellos tienen.
La tienda Audiocinema, por ejemplo, que funciona desde 1995, siempre mantuvo en su catálogo de productos los tornamesas; sin embargo, Rolando Cordero, propietario del negocio, afirmó que “en los últimos tres años la demanda ha aumentado”.
Brazo, aguja y motor. Actualmente, la oferta de estos reproductores es variada y se acopla a los gustos de los consumidores. Así por ejemplo, los tornamesas Ion, con conexión USB, van desde ¢69.995 hasta los ¢83.900, en comercios como PriceSmart y RadioShack.
La tienda Vértigo ofrece tornamesas con diferentes características cuyos precios van de ¢55.000 a los ¢300.000, dependiendo de la marca y las especificaciones.
Por su parte, Audiocinema tiene a la venta 10 modelos, de los cuales dos son profesionales y el resto para uso doméstico, y sus precios rondan los ¢115.000. Además, importa un modelo solo por pedido, que cuesta ¢1 millón y está orientado a un mercado de lujo.
En 33 revoluciones. Los viniles son la otra parte del mercado. Aunque muchos pensarían que los únicos negocios que los venden son compraventas de discos usados o anticuarios, varias tiendas están vendiendo acetatos nuevos.
Según datos de Procomer con información del Banco Central de Costa Rica, la importación de acetatos al país ha aumentado desde el 2008. Por ejemplo, del 2010 al 2011 las importaciones crecieron en un 75,4%; a setiembre del 2012 ya se había traído al país el 79% del total importado en el 2011.
“Hay grupos nuevos que se volcaron a sacar acetatos y están las nuevas ediciones remasterizadas de discos clásicos”, explico Mauricio Espinoza, gerente de Vértigo.
Los precios de un acetato en dicho negocio van desde ¢9.500 a colecciones especiales de ¢100.000, aunque el precio promedio es de ¢15.000.
En Vendimusic, en Heredia centro, cuestan entre ¢13.000 y ¢22.000.
El negocio no busca conquistar solamente a aquellos nostálgicos de la música de antaño, sino que tiene como objetivo llegar a consumidores jóvenes que quieran probar formatos desconocidos para ellos.
“El público que compra es muy variado: hay jóvenes de los 17 a los 25 que quieren experimentar el acetato y, por otra parte, está un público de 35 a 55 años que quiere escuchar sus discos viejos”, explicó Mauricio Espinoza, gerente de Vértigo.
Jimmy Alpízar encargado de la tienda Vendimusic, comentó que si bien los jóvenes se interesan por los discos, el público que compra es otro. “Viene mucho joven a verlos, tocarlos, es como una atracción, pero no pueden comprarlos; quienes más compran son adultos asalariados”, comentó.
A pesar de que las ventas de estos productos son muy pequeñas en comparación con las de discos compactos (CD), Mauricio Espinoza considera que el rubro poco a poco ha ido creciendo y no se le ve ánimos de detenerse.
De esta forma, la música en formato físico se rehúsa a perder la batalla contra la era digital.