Coopetrabasur, la última de las viejas bananeras de la zona sur, formada por extrabajadores de las compañías transnacionales, cerró una de sus fincas por bajas ventas, mientras lucha por mantener vigente otra plantación.
El terreno, de 115 hectáreas, se cultivó con palma aceitera, en vista de los buenos precios internacionales de este producto, dijo Rónald Cárdenas, gerente general de la Cooperativa de Trabajadores Bananeros del Sur (Coopetrabasur).
Cárdenas explicó que la cooperativa vende una parte de su fruta mediante el esquema denominado “comercio justo”, en que se pagan alrededor de $2 adicionales por caja de 18 kilos exportada.
Pero otra parte cada vez mayor se estaba colocando en el mercado tradicional europeo, en vista de mermas en las compras.
Reconoció las dificultades para exportar esa parte, entre ellas el alto costo de transporte de la fruta desde la zona sur hasta el muelle de Moín, en Limón.
“Las fincas del Caribe están a 45 minutos del puerto, mientras nosotros necesitamos entre 10 y 12 horas para llegar”, detalló Cárdenas.
Dijo que algunos encontraron plaza en otra cooperativa que le presta servicios a Coopetrabasur, llamada Coopesersur.
Sin embargo, Miguel Fallas, gerente de Coopesersur, señaló que de un poco más de 100 asociados ahora solo quedan alrededor de 40.
La gente se va, detalló, por la baja en la demanda de servicios en la plantación bananera. Algunos se van al Caribe, porque lo único que saben hacer son tareas bananeras, mientras jefas de hogar se deben quedar en la zona “coyoleando” (recoger fruta de palma que se cae al suelo) pues la palma aceitera es la única otra actividad de la zona.
Erick Bolaños, director de asistencia técnica de la Corporación Bananera Nacional (Corbana), resaltó la lucha de Coopetrabasur por mantener la actividad bananera en otras 123 hectáreas.
Dijo que en la zona, además, productores independientes agrupados en la firma Pura Vida cultivan una finca en Palmar Sur. En etapas, llegaría a 180 hectáreas.