Al ser las 11:31 p. m. del 5 de agosto del 2012 (hora de Costa Rica), un vehículo de seis ruedas, tres metros de longitud y dos metros de altura se posó sobre la superficie de Marte para explorar con curiosidad ilimitada los confines del llamado Planeta Rojo.
Un año después de su exitoso descenso en Marte, la sonda Curiosity de la NASA ha recorrido 1,6 kilómetros y ha recopilado más de 190 gigabits de datos que ayudarán a despejar la incógnita acerca de si ese planeta albergó alguna forma de vida.
“Los instrumentos y cámaras del Curiosity permitieron responder con bastante rapidez a la principal interrogante de la misión: si Marte fue propicio en algún momento a la vida microbiana”, declaró a AFP Michael Meyer, investigador del Mars Science Laboratory y responsable científico de la misión.
Al hacer un repaso de los alcances de la misión, los científicos destacaron cinco hallazgos principales. El primero de ellos fue comprobar que Marte tuvo las condiciones para alojar vida microbiana. “Curiosity ha descubierto algunos de los componentes químicos fundamentales para la vida en el polvo que perforó fuera de la roca John Klein, incluido azufre, nitrógeno, hidrógeno, oxígeno, fósforo y carbono. La roca también contiene minerales de arcilla, lo que sugiere un ambiente acuoso antiguo”, opinó la científica costarricense Sandra Cauffman, directora de la misión Mars Atmosphere and Volatile Evolution (Maven) , que investigará la atmósfera de dicho planeta.
Otro de los descubrimientos fue el antiguo cauce de un río. Las pistas que obtuvo Curiosity fueron varios conglomerados de piedras redondas y pequeñas similares a las que se hallan en los ríos de la Tierra. Los tamaños y las formas de las piedras dieron pistas sobre la velocidad y la distancia de una antigua corriente de agua que ahí fluyó.
El vehículo explorador además recabó información sobre los efectos nocivos de la radiación en la salud humana. “Mediciones de Curiosity sugieren que los niveles de radiación de Marte son similares a las experimentadas por los astronautas a bordo de la Estación Espacial Internacional”, detalló Cauffman. La Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) usará esta información para diseñar misiones con condiciones seguras.
Curiosity también metió su nariz para “olfatear” el aire de Marte, y detectar metano, pero hasta el momento no lo ha hallado. Los científicos seguirán estudiando este aspecto debido a que es un gas producido por los seres vivos.
Finalmente, los investigadores se sorprendieron de la diversidad de suelos y rocas encontrados en la zona aledaña al cráter Gale, sitio donde se posó la sonda. El próximo paso de Curiosity es un recorrido de 8 kilómetros hacia el monte Sharp, montaña que se eleva a 4.800 metros desde la base del cráter, y su desplazamiento podrá tomar entre siete y nueve meses.
Según la NASA, en esa área fueron encontrados ya gravas, depósitos de cauces, un inusual tipo de roca en apariencia volcánica, lutitas (rocas sedimentarias formadas de minerales arcillosos) dunas y grietas rellenas de minerales.
Según explicó Meyer al agencia AFP el pie del monte Sharp suscita gran interés en función de las diferentes capas de sedimentos, que podrían permitir determinar los períodos en los cuales el planeta fue apto para la vida.