Nadie duda del poder de las estatinas para prevenir la enfermedad cardiovascular. La evidencia científica señala que pacientes cardíacos que utilizan estos fármacos que bajan los niveles de colesterol en el cuerpo, reducen en el 60% su riesgo de sufrir un infarto.
El trabajo de las estatinas se concentra en interferir con la producción de colesterol en el hígado; así logra bajar los niveles del colesterol malo y subir los niveles del colesterol bueno, con lo que pueden atrasar la formación de plaquetas en las arterias, facilitar la circulación de la sangre y mantener un corazón más sano.
Sin embargo, ¿es un corazón más sano un corazón más feliz? Un nuevo estudio científico parece indicar que sí.
La investigación, dirigida por la doctora Mary Whooley, profesora de la Universidad de California en su sede de San Francisco, presenta pruebas de que las estatinas no solo ayudan a mantener sano el corazón: quienes consumen estos fármacos también tienen menos probabilidades de desarrollar depresión.
Para llegar a esa conclusión, Whooley y sus colegas reclutaron a 965 pacientes cardíacos y evaluaron si padecían depresión.
En su primera evaluación, los científicos hallaron que la depresión era menos frecuente en el grupo de pacientes que tomaban estatinas que en los que no lo hacían.
Ese fue el punto de partida del estudio. Luego siguieron a 776 de esos pacientes que en el momento del comienzo del estudio no padecían depresión y los siguieron por seis años; 520 de ellos tomaban estatinas; 256, no.
Al cabo de los seis años, Whooley y sus colegas determinaron que aquellos pacientes que tomaron estatinas tenían un 38% menos de riesgo de desarrollar depresión que aquellos que no eran tratados con esos fármacos, según reportan en el Journal of Clinical Psychiatry .
Aún no está clara la razón por la que las estatinas ayudan a prevenir la depresión en los pacientes cardiacos, pero la hipótesis de Whooley es que la disminución de colesterol favorece la circulación de sangre en el cerebro y evita que se formen placas en sus arterias; todo esto favorece que no se desarrolle la depresión.
Habrá que hacer más estudios para entender bien el papel de las estatinas en disminuir el riesgo de desarrollar depresión; por ahora, si usted es una de las más de 25 millones de personas en el mundo que consume estatinas, puede ser que, además de hacer que su corazón sea más sano, esté ayudando a que esté más feliz.