Un ciudadano costarricense identificado como David González, quien se casó con un hombre de Estados Unidos, lucha ahora para evitar su deportación tras haber caducado su visa de turista.
González, de 35 años y de profesión contador, iba a comparecer ayer con su pareja, Mario Ramírez, ante un juez de Houston que decidiría el caso.
Sin embargo, el juez Richard D. Walton pospuso la audiencia hasta el 31 de agosto, concediendo un plazo para llegar a un acuerdo con el Gobierno de ese país, dijo el abogado del tico, John Nechman.
La información la dio a conocer el diario
El costarricense llegó a EE. UU. en el 2000 y contrajo matrimonio con Ramírez en California en el 2008. Tiempo después la pareja se mudó a Houston (Texas) por razones económicas, según afirmó el mismo periódico.
Para un matrimonio heterosexual entre un inmigrante y un nacional, la solución pasaría por un sencillo trámite para solicitar una tarjeta de residencia basada en la unión civil entre ambos. Sin embargo, esta vía no está contemplada por la legislación para los enlaces entre gais o lesbianas.
Pese a que los casamientos homosexuales son legales en el estado de California, una controvertida ley federal (aplicable a todo el territorio nacional) solo reconoce como “matrimonio” aquella unión entre personas de distinto sexo.
Por ello, a pesar de estar casado en un matrimonio legal, para González no se aplican los mismos derechos en materia de inmigración.
No obstante, la administración de Barack Obama cuestionó la constitucionalidad de la DOMA y, pese a que se sigue aplicando, hoy por hoy se encuentra en discusión en los tribunales estadounidenses.
Según declaró Nechman al diario