Roberto Chavarría es un joven tico que ha creado una aplicación para smartphones, o teléfonos inteligentes, que sustituye a las calculadoras científicas utilizadas por los ingenieros eléctricos.
La aplicación ( app ), llamada Electrician Calculator Pro, hace mediciones tales como caída de voltaje y de costos energéticos, además de otras que sirven para dimensionar el cableado necesario para una determinada obra o construcción.
Esta “calculadora móvil” está basada en el Código Eléctrico Nacional (NEC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, un documento que se actualiza cada tres años y sobre el cual se basan los códigos eléctricos de otros países, entre ellos el de Costa Rica, según explicó Chavarría.
La app de este joven está disponible solo para teléfonos que utilizan el sistema operativo Android y se puede descargar por $15 (unos ¢7.500) en la Google Play .
Nuevo nicho. Chavarría tuvo la idea de desarrollar una aplicación de este tipo, pues, tiempo atrás, trabajó en el campo de la ingeniería eléctrica.
En esa época observó que las calculadoras físicas presentan algunos inconvenientes, entre ellos el precio, la curva de aprendizaje e, incluso, el peso extra que pueden significar en el salveque.
“Hay quienes desarrollan juegos, pero en ese campo la competencia es muy fuerte. Así es más difícil que las apps sobresalgan”, explicó Chavarría.
Sin embargo, el creador de Electrician Calculator Pro encontró un nicho diferente y especializado, que hasta le permite cobrar $15 por cada descarga de la aplicación.
“Esta app es sobre productividad, algo que la gente va a usar en su trabajo y, por eso, le permite a uno cobrar más”, comentó.
Ventajas. El precio podría ser una de las principales fortalezas de la aplicación.
Según explicó Gustavo Varela, propietario de la empresa Comtel Ingeniería, las calculadoras que usan los ingenieros eléctricos para sus labores diarias pueden ir desde $100 hasta $150 (entre ¢51.000 y ¢76.000, aproximadamente). Es decir, la app permitiría ahorrar al menos unos $85 (¢43.000).
Varela también manifestó lo útil que resultaría llevar una de estas calculadoras en el celular. “Ahora la tendencia es concentrar varias funciones en un solo aparato”, dijo el empresario.
Las mediciones resultarán más fáciles para los ingenieros que utilicen su “calculadora”, según Chavarría.
“La calculadora física es un aparato complicado de usar: uno tiene que aprender a hacer cálculos con un teclado limitado, es poco intuitiva”, dijo.
En la academia. La llegada a las aulas universitarias de una aplicación de este tipo podría abaratar costos para los estudiantes.
Sin embargo, su uso resultaría inconveniente en un examen, por ejemplo, según explicó Ignacio Méndez, director de proyectos de tecnología en la Universidad Hispanoamericana. “El problema está en el aparato en el que se ejecuta la app . No se puede utilizar un dispositivo que te permita copiar en un examen (tal como un teléfono celular)”, explicó.
Sin embargo, el académico aseguró que, si la tecnología simplifica los procesos, hay que aprovecharla. “Cualquier aplicación es bienvenida siempre y cuando sea una fuente veraz creada por profesionales”, concluyó.