La educación ha sido un pilar fundamental para el desarrollo económico, social y político desde los albores de la nación costarricense. Por eso el informe Estado de la Educación nació con la aspiración de brindar una mirada profunda de la situación educativa del país, para señalar desafíos y fundamentar propuestas que impulsen el desarrollo nacional.
El 26 de abril se publicará una tercera edición en la que el proceso de acumulación del conocimiento y los esfuerzos sostenidos de investigación y de sistematización de los resultados llevan a constatar un importante avance: hoy conocemos mejor, pero a su vez este conocimiento es más novedoso, está más articulado y resulta mucho más aplicable; también permite apuntar con más precisión los vacíos e insuficiencias para lograr esa mirada profunda y transformadora.
La publicación de esta nueva entrega tiene como principal antecedente la solicitud que, en el año 2004, el entonces presidente de la República, Dr. Abel Pacheco, realizó al Consejo Nacional de Rectores (Conare), para que este contribuyera al diseño de una política de Estado en materia de educación, como un requisito fundamental para fortalecer el desarrollo nacional en las décadas venideras.
Tras realizar varios diagnósticos, el Conare tomó la decisión de llevar adelante una iniciativa permanente denominada informe Estado de la Educación , que tendría como principal objetivo proveer a la sociedad costarricense de un conocimiento relevante, actualizado y oportuno sobre el desempeño nacional en este ámbito. Su elaboración –y la de sus sucesivas ediciones– fue encomendada al programa Estado de la Nación .
Con el primer informe, publicado en 2005 sobre la base de la información y análisis desarrollados para el Estado de la Nación , se logró precisar un conjunto de desafíos nacionales impostergables, aún sin preparar un marco conceptual específico, ni un conjunto de investigaciones propias para el Estado de la Educación.
Para la segunda edición se avanzó en el diseño de un arreglo institucional propio para esta iniciativa y se exploró la producción investigativa nacional en este campo. A finales de 2006 se conformó el Consejo Consultivo del Estado de la Educación, integrado por personalidades destacadas en el área de la educación, quienes tienen como función esencial orientar y retroalimentar la elaboración del informe. En el 2007 el Conare creó el Fondo Concursable del Estado de la Educación, con el fin de apoyar la realización de estudios sobre temas relevantes.
El segundo informe se publicó en el 2008. En él se dio seguimiento a los desafíos planteados en la edición anterior y se profundizó en el abordaje de ciertos temas considerados relevantes, pero sobre los cuales existía poca información en el país. Ciertamente, fue una edición con contenidos no muy novedosos, y con un potencial de aplicación limitado, pero con dos mensajes centrales y fundamentados: en cuanto a los instrumentos, se señaló que la investigación educativa en Costa Rica era escasa y débil, lo mismo que su grado de sistematización; en cuanto a lo sustantivo, se insistió hasta la saciedad en la urgencia de lograr el acceso universal a una educación secundaria diversificada y de calidad.
Nuevos enfoques. Para este tercer informe se buscó consolidar esta iniciativa en términos conceptuales y metodológicos. Luego de dos informes publicados, la ocasión era propicia para capitalizar la experiencia acumulada y fortalecer la construcción de un sistema de seguimiento permanente del desempeño de la educación formal en Costa Rica.
Por su contenido y alcances, el tercer informe Estado de la Educación es distinto pues i) introduce aspiraciones nacionales en materia de educación, ii) hace una lectura de la realidad educativa del país a partir de un marco conceptual y un conjunto de aspiraciones nacionales, iii) mejora la presentación y los contenidos de los capítulos de seguimiento en los niveles preuniversitario y universitario, iv) concentra el análisis en la generación de nuevos conocimientos y temas estratégicos que ayudan a orientar la definición de políticas educativas con visión de largo plazo, v) incorpora una perspectiva comparativa con otros países, vi) aporta mayores referencias a buenas prácticas nacionales e internacionales, vii) amplía y mejora los indicadores en el cuerpo del informe y en el compendio estadístico, viii) hace una nueva propuesta sobre indicadores de equidad en la educación, ix) avanza en el seguimiento a las universidades públicas y privadas, y x) fortalece e incrementa la red de investigadores.
Así, el tercer informe Estado de la Educación es mucho más que un informe: es tanto una plataforma de investigación que incluye bases de datos, documentos especializados, nuevos estudios e indicadores, como un sistema de información abierto a su uso por parte de estudiantes, docentes, investigadores, tomadores de decisiones y, en general, cualquier persona interesada en la educación costarricense.