Futura 3000 fue el nombre del proyecto que hace 16 años intentó dotar a la población costarricense con un monedero electrónico.
En aquel momento se presentó la idea de una tarjeta “inteligente” que contaría con una banda magnética y un chip.
Este producto tendría las funciones de tarjeta de débito y monedero electrónico.
Ambas opciones estaban disponibles, en un inicio, para los habitantes de Pérez Zeledón que además fueran clientes de los bancos Nacional, de Costa Rica (BCR), Popular y la cooperativa Coopealianza, según describen las notas de prensa de la época.
En esta etapa, 40.000 personas eran los clientes potenciales que podrían utilizar las tarjetas en 800 comercios de la zona. Posteriormente, el modelo se probó al dotar con esta tarjeta a los estudiantes de la Universidad de Costa Rica.
En la implementación del proyecto participó el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA). El costo total en Centroamérica ascendió a $5 millones.
Mal término. Este proyecto feneció poco tiempo después, en el 2003, cuando el Banco Nacional lo dejó de operar. Antes, el BCR y el Popular lo habían abandonado en 1999 y el 2000, respectivamente.
“Después de cinco años, el monedero electrónico, creado para facilitar pagos de montos bajos mediante una tarjeta recargable, llegó a su fin”, reportó en el 2003 el semanario El Financiero .