Luis Ángel (Kiko) Alfaro se acomodó en su sillón, en una oficina, rodeado de fotos de ganado, fiel a su estilo de vida. El jueves pasado, como siempre, estaba en su charco, en las instalaciones de la Subasta Ganadera Sancarleña, una de las cuatro que son de su propiedad.
Esas cuatro están entre las 17 subastas ganaderas que tiene actualmente el país. En ellas se venden entre 15.000 y 20.000 reses semanales, según el Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa).
Esa cifra es el 80% del total de ganado que se vende en Costa Rica. El otro 20% se coloca directamente en plantas empacadoras de carne.
El grupo de Alfaro es el más grande entre las 11 subastas privadas. En las cuatro de su propiedad se transan entre 4.000 y 4.500 cabezas por semana. Para administrar el negocio, Alfaro cobra un 4% de comisión sobre el valor final.
Las otras seis subastas que no se denominan privadas son desarrolladas por Cámaras de Ganaderos en diferentes zonas del país.
En una subasta cualquier ganadero, pequeño o grande, puede inscribir sus reses. Las lleva, las recibe en establos, el Senasa las revisa y se numeran para la venta.
Uno a uno, cada animal pasa a los corrales frente a la gradería. En cada caso se pone un precio base por kilo y de ahí un subastador especializado pone a pujar a los compradores. Todo el proceso está controlado mediante cómputo.
Alrededor de cada subasta surgen almacenes veterinarios, tiendas de ropa vaquera, restaurantes y muchos otros negocios.
El jueves, Alfaro se movió por toda la instalación de la subasta, atendió a cuanto ganadero quería consultarle y fue el anfitrión de numerosos invitados especiales.
Pero dice que no es un negocio para hacerse rico pues el gasto de operación es muy alto. Lo hace, agrega, porque la ganadería es su pasión desde los 10 años y porque desde los ocho años ya empezaba como empresario, cuando vendía gallinas y cerdos en Esparza.
Ya no tienen que ir hasta San José o Alajuela a vender las reses, y ahora obtienen mejores precios en las subastas, afirmó.
La subasta busca que el ganadero tenga un mercado mucho más cerca de su finca, así como lograr transparencia en los precios.
El Senasa estima que las subastas a escala nacional recibían en el 2011 por semana entre 8.000 y 15.000 cabezas. Sin embargo, esta cantidad creció este año a entre 15.000 y 20.000 cabezas, en vista de la recuperación de los precios.
La crisis fue grave, recordó Alfaro, pues se vendió ganado a ¢400 el kilo en pie. También dice que hay un cambio este año pues los precios están a ¢1.000 el kilo. Eso permite trabajar en reproducción.
Alfaro es quien maneja la Subasta Ganadera Sancarleña, la Subasta Ganadera El Progreso, en Puntarenas, y la Subasta Ganadera Malecu y la Subasta Ganadera Montecillos, en Alajuela.