¡Qué ironía! Siendo Santa la representación de una persona adulta mayor: buena, generosa, respetuosa, con todos los miembros de la sociedad y que además nos trae alegría, regocijo, felicidad, abundancia en esta época tan especial para todos los costarricenses, ícono de esta época tan maravillosa, nosotros como miembros de la sociedad, una vez que pasa el momento mágico, que es la Navidad, les damos la espalda a un gran número de personas adultas mayores de nuestro país, merecedoras de la retribución a su aporte social invaluable. Me ha tocado vivir por muchísimos años una serie de injusticias, de afrentas contra las personas adultas mayores, que de ninguna manera representan la época navideña ni reflejan el sentir de la sociedad solidaria. Por el contrario, refuerzan los antivalores de familiares que no visitan a sus padres, abuelos o bisabuelos.
Este panorama en un país que se está envejeciendo muy rápidamente, debe cambiar sustantivamente, asumiendo todos los miembros de la sociedad una actitud genuinamente comprometida y preparándonos a conciencia de lo que significa el proceso de envejecimiento, en que tarde o temprano todos estaremos inmersos, el cual es irreversible, paulatino y propio de cada persona. Por lo tanto, es muy importante estar capacitándonos cada vez que tengamos la oportunidad, independientemente de la edad, del quehacer de cada uno y en el momento de la vida, en que nos encontremos para poder hacerle frente de una manera exitosa.
En esta época de Navidad, fin de año y verano próximos, el adulto mayor requiere de acompañamiento, integración y participación en todas las actividades, como almuerzos, cenas, paseos, reuniones familiares, que se van desarrollando en esta época que siempre ha sido tan de familia y a la mejor tradición costarricense. Sin embargo, con la incorporación de vicios externos de otras culturas en las cuales la moda es no compartir con personas mayores, se está dañando esta bonita relación que siempre hemos tenido en Costa Rica, por lo que debemos hacer un llamado claro, firme y vehemente para rescatar la familia y las tradiciones en las que siempre hemos tomado en cuenta a las personas adultas mayores que nos regalan principios, valores y consejos oportunos que nos ayudan a tener éxito en la vida. Son necesarias para las personas adultas mayores las expresiones de cariño que se pueden expresar mediante un abrazo, un beso y palabras cariñosas, que siguen siendo el mejor regalo que le podemos ofrecer por encima de golosinas, comida y ropa.
Ojalá que podamos revertir estas tendencias negativas para bien de nuestras personas mayores y que el modelo que estamos tratando de desarrollar sea de mayor impacto para fortalecer las relaciones presenciales y no a la distancia usando la Internet, teléfono o terceras personas; nada en el mundo sustituye la relación presencial cariñosa. Deseamos compartir algunos consejos que pueden ayudar a la tan mencionada calidad de vida de las personas adultas mayores, como es combatir la negligencia y por ello se entiende la falta de aseo, la higiene, la alimentación, la hidratación oportuna, tratar de no comer comidas cargadas de sal, azúcar o muy condimentadas, la vestimenta apropiada de acuerdo con las circunstancias, la medicación de base que requieren las diferentes patologías, cambios de postura, la movilización, a distancias cortas o medianas, la visita familiar cotidiana y, si es necesario, la presencia de un cuidador que esté lo mejor capacitado posible.
Debemos también salvaguardar su patrimonio financiero, evitando otros riesgos como la soledad y el aislamiento. Hay muchas personas que tienen cierto grado de dependencia física, cognitiva o ambas, estas personas requieren un cuidador ya sea de la familia o externo. También recordar que el uso de las vacunas es una manera importante de prevenir infecciones, especialmente respiratorias.
Nuestro país está inmerso en un franco envejecimiento y acciones conducentes para mejorar el bienestar de este grupo poblacional que requieren una direccionalidad, voluntad férrea y de un genuino compromiso, basado en hechos para poder hacerle frente de una manera decorosa y oportuna, tal como se lo merecen de sobra todas las personas adultas mayores. Comprometámonos en serio con hechos y acciones para llevar a la realidad programas y actividades coordinadas con coherencia y sólidos principios para el beneficio de las personas adultas del hoy y del mañana, desde la familia y la sociedad costarricense. Feliz Navidad para todos, y especialmente para las personas adultas mayores.