Se calcula que las enfermedades mentales, neurológicas y por abuso de sustancia, causarán el 30% de las pérdidas de años vividos por discapacidad y el 35% de las pérdidas económicas por enfermedad para los años 2011-30 en el mundo (Foro Económico Mundial, setiembre, 2011). Sin embargo, la mayoría de las personas afectadas (75%) no tienen acceso a tratamiento, menos del 70% de los países en el mundo tienen una política nacional de salud mental y la inversión en salud mental para los países de bajo y mediano ingreso es menor al 1%. Solamente el 10% de la investigación en salud mental se dirige a las necesidades del 90% de la población que viven en los 153 países de bajo y mediano ingreso.
Se han realizado esfuerzos internacionales para escalar los servicios de salud mental y fomentar el respeto por los derechos humanos, tema inseparable de la salud y el bienestar. Por lo anterior, durante la semana pasada, la Asamblea Anual de la Organización Mundial de la Salud (OMS) discutió, como uno de los puntos de agenda, el plan de acciones en salud mental global, preparado y modificado por organizaciones internacionales que agrupan a los diferentes sectores de usuarios, prestadores de servicios, políticos, investigadores y grupos de defensa de los derechos humanos.
En Costa Rica, solamente el 3% del presupuesto en salud se destina a salud mental y más del 70% de este se consume en las unidades de internamiento. El Ministerio de Salud publicó el año pasado la Política Nacional de Salud Mental 2013-20, con el apoyo de diferentes sectores. Sin embargo, la mayoría de las acciones propuestas no se basan en evidencia local ni cuentan con instrumentos sistematizados para evaluar el impacto de las acciones por la limitada disposición de datos y estadísticas en este campo.
La investigación en salud mental en Costa Rica se ha focalizado en esfuerzos aislados, principalmente de las universidades estatales, en temas de psicología comunitaria, neurociencias y psiquiatría genética, con una escasa participación de la Caja Costarricense de Seguro Social y del Ministerio de Salud y con poco impacto en la calidad de vida de las personas a nivel nacional.
Es así como un grupo de investigadores y profesionales de las universidades públicas, del Ministerio de Salud y de la Fundación Mente Sana, hemos propuesto conducir el primer estudio epidemiológico en salud mental a nivel nacional. Se propone visitar a 10.000 hogares costarricenses para conocer la situación real de nuestro país en cuanto a salud mental, así como el perfil epidemiológico de los trastornos psicóticos, afectivos, ansiosos, por uso de sustancias, trastornos alimentarios y psicopatología asociada a conductas impulsivas y violencia.
Se cuenta con el recurso técnico-científico para la investigación, pero hace falta el recurso monetario para hacer el trabajo de campo, por lo que se insta a las organizaciones a sumarse a este esfuerzo nacional.
La información recolectada permitirá desarrollar estrategias de intervención en atención y rehabilitación psicosocial para personas que sufren estos trastornos y, más importante aún, implementar acciones de prevención y promoción en poblaciones de alto riesgo, en concordancia con las acciones planteadas por la Organización Mundial de la Salud la semana pasada.
Tenemos una gran deuda en este campo y es urgente la acción en investigación, políticas basadas en evidencia y leyes que corrijan la exclusión de algunos grupos a sus derechos fundamentales (FIV, matrimonio igualitario, por mencionar dos casos).
La salud mental es inseparable de la salud física, el bienestar y el disfrute pleno de nuestros derechos individuales.
Henriette Raventós Investigadora, CIBCM y Escuela de Biología, Universidad de Costa Rica.