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Ruido: violencia devastadora

Si no paramoseste tormento,vamos a terminar incomunicados

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Andamos preocupados por el aire que respiramos, y con toda razón. La contaminación ambiental crece y está dentro de nuestras narices y nuestros pulmones. Y si no me creen, pongan ustedes en el antejardín de su casa o edificio, en la mañana temprano, un trapo blanco limpio, bien extendido y recójanlo por la noche. Es como para echarse a temblar cuando lo ve todo mugriento después de un día de “trabajo”. Además, si se usan los aparatos que sirven para medir técnicamente la contaminación de la atmósfera, como al trapo, nada los puede engañar.








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