En contraste con la alegría que le genera a la familia real la rápida recuperación que ha tenido el rey Juan Carlos luego de ser sometido a una cirugía de cadera, en España crece el malestar por el viaje que él realizó para ir a cazar elefantes a Botsuana, África, donde sufrió el accidente.
“Ha llegado el momento de que la Casa Real se plantee, en este caso el jefe del Estado, que tiene que elegir entre las obligaciones y las servidumbres de las responsabilidades públicas o una abdicación que le permita disfrutar de una vida diferente”, cita la AP a Tomás Gómez, secretario general del Partido Socialista de Madrid (PSM) y portavoz en la Asamblea de Madrid.
Por otra parte, crece el temor de que este asunto pudiera propiciar actualmente el desprestigio del rey. “En público, las críticas solo llegan desde Izquierda Unida o Esquerra Republicana y un Tomás Gómez que se saltó el silencio de su partido (...) Sin embargo, en privado, la política española vivió ayer (viernes) y el sábado jornadas de enorme preocupación. Tanto el Gobierno como el Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) comentaban siempre con discreción, el enorme problema que puede significar el descrédito del rey ante la sociedad española en un momento tan delicado, con la crisis económica en su apogeo”, publicó ayer el sitio web de El País .
La salud. El monarca ha respondido muy bien a la operación de cadera que se le realizó el sábado luego de viajar 10 horas en un avión privado desde Botsuana hasta Madrid, donde fue intervenido.
Según el diario español El Mundo , el parte médico revela que el rey Juan Carlos ayer ya podía caminar con muletas, fue sometido a la primera cura postoperatoria y empezó a recibir sesiones de rehabilitación intensiva.
En los dos últimos años, el rey se ha sometido a cuatro cirugías.