01/03/2011. Exposicin llamada "Naturaleza Esencial" de la artista Silvia Monge montada en la Galera Nacional, Museo de los Nios. Foto Abelardo Fonseca (Abelardo Fonseca)
Usted viaja en autobús y escucha un agitado diálogo entre dos pasajeros; baja del autobús y mira a los desconocidos a través de la ventana mientras se alejan en medio del tránsito ensordecedor. A los días, usted quiere recordar ese episodio y lo que visualiza es algo parecido a una obra de Silvia Monge: manchas, números inconexos, rostros difuminados y frases sueltas.
“Nunca aprehendemos el sujeto, lo absoluto; tan solo sus matices”, dice la artista, quien exhibe 19 obras bajo el título
La muestra se expone en la Galería Nacional y aborda la incapacidad de los sentidos para captar lo absoluto. Mediante diversas técnicas, todas las obras mantienen en común el uso de la transparencia.
“Para mí, esta exposición es como mi diario abierto al público. En ella hay reunidas experiencias y sentimientos personales”, dice Monge. La artista confiesa que siempre carga consigo un cuaderno de dibujos. Muchos de los trazos que en él ha elaborado aparecen en las obras de esta exposición.
En esta exposición, la artista plantea que el ser humano solo capta matices de todo cuanto observa y vive. “Mis obras presentan la limitación de nuestros sentidos para absorber enteramente lo recorrido, y la constante lucha interna por entender lo que falta en lo que aprendemos e intuimos”, resume la creadora.
Además, el nombre de la colección remite a la constante necesidad del ser humano de buscar situaciones mejores. Para la artista, esa es parte de nuestra naturaleza.
A la Bienal asistieron 500 artistas de todo el mundo; de ellos, 200 eran chinos. Días después de que Monge regresara a Costa Rica, el disidente chino Liu Xiaobo fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz. El gobierno de ese país oriental inició una campaña para condenar el galardón y para que Xiaobo no pudiera brindar declaraciones públicas. Silvia recuerda: “A mí me impactó toda esa experiencia. En la Bienal había 200 artistas expresándose, pero a Liu Xiaobo no lo dejaban hablar”.
En
Silvia Monge trabaja el vidrio desde hace seis años. Recibió su formación en Costa Rica con una artista checa, y en el Museo de Vidrio de Corning, en Nueva York, donde aprendió las técnicas del dibujo en vidrio con Lucia Santani, e impresión en vidrio con Jody Danner.
“Yo no estudié arte en una universidad, pero llevo muchos años recibiendo cursos libres. He ido a México, España, el Perú, la India y los Estados Unidos”, recapitula Monge, quien también cursó estudios en arquitectura.
Para trabajar el vidrio existen distintas técnicas. En la obra
La pieza se compone de diez capas de vidrio horneadas de dos en dos. Cada par de capas se trabaja por separado, y, cuando todas están acabadas, se unen y se hornean por tres días en un horno especial para vidrio. Luego se pule el vidrio en frío. Todo este proceso abarca alrededor de 15 días.
“Con
Para Silvia Monge, trabajar con vidrio brinda efectos estéticos como la transparencia y el brillo, que otros materiales no ofrecen.
“El vidrio no es un material muy trabajado en el país, pero poco a poco toma auge”, explica la creadora.
De hecho, en la Galería Nacional también se exhiben 19 trabajos en vidrio de Maricel Alvarado. (Véase la sección
“A lo largo de mi carrera como pintora, he trabajado mucho la acuarela. En esta técnica es muy común la transparencia, y, por eso, este efecto también aparece en los cuadros que elaboro con acrílico”, detalla Monge, quien es miembro de la Asociación de Acuarelistas de Costa Rica.
La obra
También sobresale la pintura
El elemento de las letras es recurrente en el arte de Monge. Incluso, ellas aparecen en la obra
Su esposo, Carlos Rodó, recuerda un episodio sucedido durante la elaboración de
Al día siguiente, quiso verla de nuevo y encontró el lienzo pintado de blanco. “A Silvia no le había gustado lo que dibujó, así que lo hizo de nuevo. Curiosamente, ese nuevo cuadro fue el que eligieron para ir a la Bienal”, recuerda Rodó.
En la obra
Silvia Monge es artista infatigable. Cada día lo dedica al arte, desde las cuatro de la madrugada. En su casa pinta lienzos; en su estudio trabaja el vidrio; y, cuando no está ni en la una ni en el otro, dibuja en su libreta.
“Casi siempre pinto de lo que vivo, de lo que he hecho, de lo que soy. En esta exposición presento los caminos de los que salgo y hacia los que iré, como todo ser humano”, concluye. El de Monge es el camino del arte: de él se aleja al anochecer, mas regresa a diario en cada madrugada.