- Activists calling for the independance of Catalonia, currently a region of Spain, take part in a 'human chain' during a protest on September 11, 2013, in Perthus, southern France. Independence-seeking Catalans marshalled their forces today for a 400-kilometre (250-mile) human chain in a bold push to break from Spain despite fierce opposition from Madrid. AFP PHOTO / RAYMOND ROIG (RAYMOND ROIG)
Barcelona. AFP. La enorme cadena humana que atravesó el miércoles Cataluña para reclamar la independencia de la región, lanzó un doble desafío, tanto a Madrid, contrario a permitir un referendo de autodeterminación, como al presidente nacionalista catalán, Artur Mas, según los analistas.
“La presión de la movilización de ayer (miércoles) es un desafío formidable no solo para el Ejecutivo catalán, sino también para el gobierno (conservador) de Mariano Rajoy”, resumió ayer El País .
“Los representantes de la voluntad popular, encabezados por los presidentes Rajoy y Mas, deben buscar vías para dar respuesta a ese reto mediante el diálogo con altura de miras”, señaló el periódico catalán La Vanguardia .
Sentimiento presente. Con la simbólica unión de centenares de miles de personas a lo largo de 400 kilómetros para llamar la atención de la comunidad internacional, la cadena también evidenció que el sentimiento independentista está lejos de apagarse un año después de la multitudinaria manifestación de Barcelona.
“Rajoy hace un año pensaba que el transcurso del tiempo iba a favorecer sus intereses y es evidente que no es así. El transcurso del tiempo ha consolidado la posición independentista”, consideró Joaquim Molins, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Autónoma de Barcelona.
De acuerdo con Molins, el jefe de Gobierno “tiene que mover ficha y contemplar una vía de negociación que va a estar centrada en la financiación”.
El Gobierno catalán está enfrentado con el gobierno de Rajoy desde que este rechazó, en setiembre del 2012, negociar un “pacto fiscal” que otorgaría mayor autonomía financiera a esta importante región nororiental que cuenta con cerca de una quinta parte de la riqueza del país.
Desde entonces, Artur Mas, moderado en sus inicios, endureció el tono, aupado por la izquierda independentista, convertida en segunda fuerza parlamentaria de la región, que le exige un referendo de autodeterminación en el 2014.
“En estos momentos, un pacto fiscal ya no es suficiente. Desde un punto de vista social, no hay dudas. La movilización de ayer (miércoles) no era por un financiamiento, sino que quiere ir mucho más allá”, explicó Jordi Matas, catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad de Barcelona.
“En este momento, el pacto fiscal ya no arregla el problema”, insistió Mas anteayer. Agregó: “Cualquier solución para Cataluña pasa por las urnas, pasa por una consulta, pasa por un referendo”.
La presidenta de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), la asociación independentista que organizó la cadena, Carme Forcadell, reiteró la misma petición .
Pero, pese al compromiso reivindicado una y otra vez por Mas, la semana pasada el presidente catalán, tras reunirse en secreto con Rajoy el 29 de agosto, rechazó celebrar la consulta sin un acuerdo con Madrid y abrió la puerta a celebrar unas elecciones plebiscitarias dentro de tres años.
“Mas se ha dado cuenta de que tiene que buscar una vía de acuerdo y que para eso necesita dos años más”, destacó Molins.
Asimismo, este especialista en Ciencias Políticas señaló que “los soberanistas pensaban que el apoyo de la comunidad internacional sería muy claro”, pero se han encontrado con que “a nadie le interesa tener un nuevo foco de inestabilidad en una situación ya inestable para España” en recesión desde mediados del 2011 y con una tasa de desempleo del 26%.