Certificaciones orgánicas, ambientales y sociales son una fortaleza de productores nacionales para mantenerse vigentes en el mercado europeo, pese a la crisis que afecta al Viejo Continente.
Los productos certificados con esos sellos se colocan en segmentos con características particulares, como el alto poder adquisitivo de los consumidores. Por tanto, la demanda no se afecta en un periodo de crisis como el actual, explicaron productores y organizaciones nacionales.
Costa Rica exporta, por ejemplo, arroz, banano, cacao, café, caña de azúcar, mora, noni, piña, sábila, legumbres, hortalizas, frutales y vainilla certificados como orgánicos, según el Programa Nacional de Agricultura Orgánica.
El gerente de ese programa, Mauricio Chacón, dijo que no se prevé que la agricultura orgánica sufra una contracción con la crisis. Esto, porque el mercado para esos productos es muy pequeño y tiene un segmento específico, en su mayoría, de mayor nivel de educación e ingreso.
El año pasado se registraron 9.360 hectáreas sembradas de productos certificados como orgánicos en el territorio nacional. La certificación la emite una agencia especializada que supervisa toda la producción, lo que es una garantía para el mercado.
Felipe Ortuño, de la empresa que exporta azúcar orgánico con la marca Assukkar, explicó que el mercado se mantiene creciendo, pese a la crisis mundial, aunque no firme. Pero en el caso del azúcar orgánico pesa una sobreproducción mundial, además de la crisis.
Detalló que la certificación es de gran ayuda porque son mercados de bajos volúmenes pero de alto valor, pero advirtió de que ahora exigen más sellos, como comercio justo y sistemas de gestión de calidad.
Ana Lucía Corrales, experta técnica de agricultura de Rainforest Alliance, consideró una fortaleza proteger los valores de sostenibilidad en las épocas de crisis.
Las nueve cooperativas y 3.800 productores del Consorcio de Cooperativas de Café (Coocafé), siguen recibiendo un pago adicional de 10% sobre los valores de mercado.
Su vicepresidente, Óscar Campos, dice que en épocas de crisis se apoya el acceso a mercados preferenciales de los más vulnerables.