Compras desmedidas con la tarjeta de crédito y el uso de líneas de financiamiento extra que se ofrecen con este instrumento de pago, han pasado su amarga factura a siete de cada 100 costarricenses.
Las personas mayores de 24 años y menores de 30 años son quienes más se vieron afectadas por los intereses corrientes o de morosidad.
Uno de ellos es Óscar Muñoz, vecino de Heredia, de 32 años, quien relató a este diario las dificultades que tuvo para estar al día con una tarjeta de crédito, con un límite de solo $600.
Agregó que, al cabo del tiempo, ese medio de pago terminó por convertirse en un dolor de cabeza cuando usó el extrafinanciamiento por $2.000 que le ofrecieron.
Muñoz estaba perdiendo la paz y, para recuperarla, recurrió a un arreglo de pago con el emisor. El saldo fue de más de ¢2 millones y una deuda por cinco años.
Este herediano evitó así un proceso de cobro judicial, suerte que no corrieron otras personas, según una encuesta telefónica realizada por la empresa Unimer por encargo de La Nación .
El estudio se hizo entre el 20 y 26 de junio pasado y consultó a 600 personas de diferentes partes del país. Su margen de error es del 4%, y un nivel de confianza del 95%.
En la muestra figuran quienes actualmente tienen una tarjeta de crédito y quienes la tuvieron en algún momento o no la han tenido nunca, dijo Mariela Jiménez, directora de Proyectos de Unimer.
Cuando se preguntó a las personas si en alguna ocasión se vieron en aprietos para pagar su tarjeta o han vivido un proceso de cobro judicial, el 88% de los encuestados respondió que no, un 7% dijo que sí y 5% no respondió.
Según datos recientes (abril del 2012) de un estudio del Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC) sobre tarjetas de crédito, la deuda total con este tipo de líneas de financiamiento suma unos ¢600.000 millones, de los cuales un 14% corresponde a deudas atrasadas.
Llamadas. No hace falta entrar en problemas judiciales para sentir la marca a presión de las tarjetas de crédito. El teléfono es un gran aliado de los emisores de plástico cuando de vender y cobrar se trata.
La misma encuesta de Unimer preguntó sobre la frecuencia con que los emisores llaman para recordar el pago a quienes se atrasan.
Del 7% (poco más de 42 personas) de los 600 consultados que confirmó haber tenido problemas con el pago de su plástico, 20% aceptó que los emisores llaman todos los días, y 14% dijo que recibe llamadas una o varias veces a la semana.
Un 7% respondió que eso ocurre cada dos semanas, un 32% apuntó que su teléfono suena cada mes; un 2%, cada dos meses; un 7%, cada tres meses; un 7% no respondió o no supo, y un 11% dijo que ya se libró de las llamadas.
Sobre los hábitos de pago de los tarjetahabientes (173 personas en total), cerca del 60% de ellos aseveró que paga la totalidad de su deuda cada fecha de corte.
Un 24% de los consultados dijo que más del mínimo, pero no el saldo total; un 16%, el pago mínimo, y un 3%, menos del monto.
Unimer también preguntó sobre el conocimiento de las personas respecto a la tasa de interés que cobra su tarjeta, y la encuesta arrojó que el 75% sí están al tanto, frente al 23% que no lo saben.