Más que ganarse la comisión de 6% a 12% por las recargas de telefonía móvil prepago, las pulperías, abastecedores, bazares y farmacias logran mantener el flujo de clientes con el servicio de prepago, así como ofrecerles otros productos.
Michael Fernández, propietario de Bodega Lourdes, en Montes de Oca, dice que diariamente llegan unos 100 clientes, la mitad por recargas. “Por lo menos 50% de los que vienen por recargas compran algo más, un refresco o un snack ”, dijo Fernández, cuyo negocio fue fundado por su padre hace 30 años.
Ronny Peñaranda, dueño de Abastecedor El Carmen, en Heredia centro, cuenta que de los 200 a 300 clientes diarios, al menos un centenar son por recarga. “Un 30% de los que vienen por recarga se antojan de algo más”, afirma Peñaranda, que tiene el negocio desde hace 20 años.
Ambos indican que este servicio les ha permitido atraer clientes nuevos y mantener las ventas, en vista de que los consumidores recurren a este tipo de negocios para compras pequeñas (por unidades) y adquieren los diarios semanales en los supermercados. Asimismo, se benefician del aumento de los gastos de tecnología y telecomunicaciones de los clientes.
En el país los operadores de telefonía móvil, así como 50 empresas de comercialización de SIM prepago y 8 distribuidores (Aló Prepago, Tu Carguita, Puntos Naranja, Voz Prepago, Q’Carga, Pagool, Grupo Tecnológico y BN Servicios) cuentan con hasta 80.000 puntos de recarga, pequeños negocios en su mayoría que brindan el servicio a varios operadores, algunos con altos flujos y otros apenas con dos o tres clientes diarios.
Además del tráfico, la recarga significa “publicidad gratuita para el distribuidor” y que se les brinda una facilidad a los clientes, de acuerdo con Matías Señorán, gerente de Comunicación de Movistar, y Manfred Cerdas, gerente Administrativo Financiero de Full Móvil, respectivamente.
Si bien el prepago cubre el 85% de los clientes de telefonía celular, Pablo Rojas, jefe de la División Entrega de Soluciones del ICE, subrayó que este mercado es relativamente nuevo en el país “por lo que existen oportunidades y áreas de mejora”.
Por ejemplo, aún se vive una etapa de aprendizaje o culturización, que se suma a la alta rotación de personal de los comercios y a sus dificultades en adaptación tecnológica. “Es cuestión de tiempo para que el mercado se culturice y se vuelva negocio”, dijo Zaida Plácido, gerente de Mercadeo de Claro.
De hecho, se espera que en los próximos tres años se brinden servicios especializados. “Vienen evoluciones a la par del desarrollo de las industria de teléfonos inteligentes y del contenido”, afirmó Gilberto Hernández, director general de Aló Prepago.
Mientras tanto, para los pequeños negocios, el beneficio seguirá siendo la atracción de clientes. “Es un gancho para que luego compren otros productos, porque con la recarga se gana muy poco, no deja”, dijo Jony Arley Muñoz, dependiente de la pulpería Día a Día, en Heredia, donde el 25% de los clientes llega por una recarga.