Peñas Blancas y Paso Canoas. Renovación o cambio de edificios, nuevas casetas, separación del flujo de importaciones y de exportaciones y de ingreso y egresos de personas permitieron una notable mejoría en la agilidad de Penas Blancas y de Paso Canoas.
En Peñas Blancas, frontera norte, la remodelación del edificio de la Dirección General de Migración y Extranjería elevó el servicio de apenas ocho ventanillas de atención a 28 (14 para ingreso y 14 para salir del país).
Édgar Aguirre, director de Migración en ese punto, dijo que ahora, en ventanilla, se toma 15 segundos atender a una persona o un minuto si lleva niños.
En tiempo normal, agregó, se atiende de inmediato y en temporada alta deben hacer fila unos 45 minutos, mientras tiempo atrás se tardaban tres horas en la fila.
El personal se reforzó pues se pasó de tener 15 funcionarios a 35 en servicios migratorios.
Según Aguirre, unos 1,2 millones de personas al año y 800 camiones diariamente pasan por el puesto de Peñas Blancas.
En lo relativo el tránsito de carga, las filas se redujeron de los más de 5 km de antes a apenas unos 400 metros, según se comprobó ayer en este lugar.
Eso se logró con la apertura de seis casetas para agilizar las exportaciones. En tres de ellas se revisan los documentos migratorios y en las otras los aduaneros.
Martín Merlo Delgado pasa por Peñas Blancas hacia Guatemala cada tres semanas. Recuerda que antes tardaba hasta dos días y ayer lo logró en poco más de una hora.
“Aquí ahora es rápido, el problema es la entrada a Nicaragua, que es muy lenta. Sí se ha mejorado mucho del lado tico, ya no pasa uno días acá, expuesto a los asaltos”, dijo el furgonero.
Otro de los avances es la instalación de dos escáneres, manejados por aduanas y el Ministerio de Agricultura y Ganadería, para revisar el equipaje de turistas.
El traslado de la aduana de Paso Canoas al llamado edificio de Cholo Mar, a 100 metros de la línea fronteriza con Panamá, mejoró las condiciones de los transportistas de carga en el sur.
El gerente general de esa aduana, Eduardo Monge, dijo que el nuevo edificio tiene varias oficinas para los trámites y suficiente patio para estacionar camiones, pues tiene unos 1.000 m².
“Ya se acabaron los congestionamientos de los furgones en la vía”, afirmó el funcionario.
Pero el transportista Jorge Segura estimó que falta agilidad. “Acá, hay tecnología e infraestructura, pero lo que hace falta es personal”, dijo Segura.