Los hechos ocurrieron ayer a eso de la 1 p. m. en la comunidad de Jabillos de Florencia, en San Carlos, Alajuela, en el cauce del río San Carlos.
El padre fue identificado como Édgar Calero Martínez, quien era obrero de construcción. Su hijos eran Carlos Calero Delgado, de 13 años de edad, y Rebeca Calero Delgado, de 11 años.
La familia pertenece a un grupo religioso denominado Congregación Apostólica Pentecostal, el que se ubica en Bajo Tejares de San Ramón, Alajuela.
Ellos viajaron hasta San Carlos para participar de unas actividades religiosas. En total, se trasladaron a ese lugar unos 50 miembros de la congregación.
Carlos Durán, pastor del grupo religioso, dijo que el objetivo del viaje era realizar un culto y bautizar a dos personas.
Al parecer, luego de las actividades religiosas, la niña se metió al río y quedó atrapada en un remolino. El padre ingresó al agua e intentó salvarla, pero también fue arrastrado por la corriente.
En ese momento, su hijo mayor trató de auxiliarlos, pero corrió con la misma suerte.
César Mejías, integrante de la Cruz Roja, manifestó que los tres fallecieron dentro del agua.
El cuerpo de Calero (el padre) fue hallado debajo del puente, cerca del lugar donde estaba el remolino, mientras que los cadáveres de los menores fueron encontrados varios metros abajo.
La madre de los menores y esposa de Calero, también estaba en el lugar. Ella fue atendida por otros miembros de la agrupación.
Al parecer, los alimentos obstaculizaron las vías respiratorias de la menor. “En la boca de la niña había alimentos, lo que significa que pudo haber muerto por broncoaspiración debido a la congestión que sufrió”, explicó Mejías.
Felipe Guido, miembro del grupo religioso, relató que la niña pidió auxilio cuando se ahogaba.
“Pude ver cuando la corriente jalaba a la niña. Ella gritó y, después de sacar la cabeza dos veces, desapareció”, narró Guido.
Los tres cuerpos fueron levantados por las autoridades alrededor de las 4 p. m.